sábado, 19 de enero de 2013

Capítulo 7: ¿Tú?

CUANDO SE AMA DE VERDAD

CAPÍTULO 7: ¿TÚ?

COMISARÍA DE POLICÍA

En la sala de espera de la comisaría del barrio, Silvia sigue discutiendo con Luis.



Luis: Te juro por lo más sagrado que si se descubre que tu padre mató a Vanessa no voy a parar hasta acabar con él, de esto puedes estar segura.

Silvia: Estás completamente loco Luis, no sabes ni lo que dices. ¿Cómo iba a hacer eso? Mi padre me contó lo tuyo con Vanessa y no me lo podía creer. Eres un descarado y encima tienes la poca decencia de acusarlo de algo que no hizo.

Luis: Eduardo la mató, quería hacerme daño, vengarse de nuestra traición. Estoy seguro.

Silvia: Hazme el favor y lárgate porque no te quiero ver, ah y dile a Jaime que ya sé que salió libre pero que no va a quedarse con Diego. ¿Está claro?

Luis: Eres una estúpida, Jaime hizo bien en llevarse al niño a Londres pero lástima que le atraparon.

En ese preciso instante Silvia pierde la paciencia y le pega una fortísima bofetada. Luis se lleva una mano a la mejilla.

Silvia: ¡Vete de una vez! Eres un miserable ¿Cómo te atreves a decirme eso? Jaime es un patán igual que tú que ibas de amigo nuestro y traicionaste a mi padre, a tu padrino. Vergüenza te tenía que dar.

Luis: Más vale que te calles… (Enojado)

Justo al mismo tiempo llegan a la comisaría doña Irene y su hija Miranda, tía y prima de la fallecida. Ambas al entrar en la sala de espera no pueden creerse lo que están viendo.



Miranda: ¿Tú? ¿Se puede saber que diablos haces tú aquí, descarada? Mamá, esta mujer es la amante de Andrés.

Luis: ¿Se conocen?

Silvia: Ay por favor lo que me faltaba… Ahora no. ¿Qué hace usted aquí, Irene?

Irene: Vaya, vaya, vaya pero mira quién tenemos acá, la hija bastarda… Chica, el mundo es un pañuelo bien dicen…

Silvia: Mire, señora, no estoy para peleas bastante tengo con lo de mi padre, si no le importa le agradecería que tanto usted como la maleducada de su hija, me dejen en paz. ¿Está claro?

Miranda: A mi no me faltas tú al respeto porque te cruzo la cara ¿Eh? (Furiosa)

Luis: Yo me mejor me voy, no me interesan sus pleitos. (Se marcha)

Irene: Déjala hija, déjala… se ve por encimita la clase de mujerzuela que está hecha, igual que su madre.

Silvia: ¡A mi madre la respeta! ¿Entendió? ¿Se puede saber que le hecho yo a usted para que me odie tanto?

Irene: ¿Qué que me has hecho? Ser la hija del pecado, la golfa de Laura se acostó con mi marido y mira lo que resultaste ser tú, una vagabunda igual que la madre.

Silvia: ¿Pero de qué habla?

Miranda: No te hagas la tonta… mi mamá sabe perfectamente que tú eres la que le anda calentando la cama a mi novio, a Andrés. ¡Descarada! ¡Atrévete a negarlo!

Silvia: Yo no estoy haciendo nada malo con Andrés, sólo somos buenos amigos nada más, además…

Irene: ¡Cállate! No eres más que una golfa que lo único que busca es un joven de buena familia para ascender.

Silvia: Más vale que cierre el pico y no hable de lo que no sabe, mi padre es oncólogo y yo enfermera, no necesito millonarios que me solucionen la vida. ¿Se entera? Si estoy aquí es porque…

Miranda: Porque tu padre mató a mi prima.

Silvia: ¿Vanessa era prima tuya? No me lo puedo creer…

Irene: Cállate… Así como lo oyes, perdida… y juro por Dios que voy a destruiros a ti y al asesino de Eduardo.

Silvia: Están mal de la cabeza… no me extraña que Andrés quiera dejar esa familia. Son un par de arpías.

Irene: ¡QUE TE CALLES DE UNA VEZ! (Pegándola una sonora y fuerte cachetada que la vuelve la cara) Voy a acabar contigo, te lo prometo, esto no se va a quedar así, ni lo de mi sobrina ni lo tuyo con mi yerno. ¡Los vamos a hundir!

Miranda: Me las vas a pagar, desgraciada…

Silvia: Si no fuera porque sé que somos hermanas y que estás embarazada me ibas a conocer tú a mí.

Miranda: Estúpida. ¿Hermana mía tú? No te hagas ilusiones, no me llegas ni a los tobillos.

Irene: Déjala hija, déjala no te rebajes a su nivel. A leguas se ve que no es más que una mala mujer.

Silvia: Me voy, no tengo porque aguantar más humillaciones. (Voltea para irse pero Irene la toma del brazo, Silvia se gira de frente)

Irene: No, tú no te vas para ninguna parte…

Silvia: ¡Suélteme! (Se suelta) Mi padre es inocente y lo vamos a demostrar y en cuanto a Andrés pueden decirle que no quiero saber más de él en mi vida. Que siga con su novia y el hijo que viene en camino y que me deje en paz. Estoy harta ya. ¡Harta! (Se va)

Miranda: Eso vete, mugrosa, que eres una mugrosa sin educación. (Rabiosa)

Irene: Cálmate mi vida, tranquila que yo me encargo de esto. Vamos a acabar con esa familia a como de lugar. Confía en mí.


MANSIÓN SAN MARTÍN

En el comedor, Andrés, su madre Cecilia, su hermana Yesenia y su cuñado Roberto cenan en compañía de Carlos, el mejor amigo de Andrés.



Andrés: Está buenísimo el asado mamá, te luciste esta vez.

Cecilia: Gracias cariño, qué bueno que te guste.

Yesenia: Mamá, Roberto y yo estamos pensando mudarnos al departamento. En principio pensé que sería mejor que me quedara en la casa pero es que…

Roberto: Si no les parece mal claro está…

Andrés: Por mi no hay problema con eso, la verdad. ¿Mamá?

Cecilia: Bueno el caso es que…

Carlos: Creo que no deberías dejar a tu madre sola ahora en la casa, Yesenia. No es por meterme en donde no me llaman pero…

Roberto: Disculpa… ¿Y a ti que te importa? Nadie te ha preguntado nada.

Andrés: Por favor Roberto, no te permito que le hables así a mi invitado. ¿Está claro? (Molesto)

Roberto: Ya tuviste que sacar la cara por Carlos como siempre. Yo parece que no soy nadie en esta familia. Y te recuerdo que somos cuñados.

Yesenia: Por favor no discutan…

Andrés: Tú lo has dicho, Roberto, cuñados, que no amigos es muy distinto. Así que te agradecería que antes de hablar guardes las formas y respetes las opiniones de los demás.

Cecilia: Bueno ya… ya…. Haya paz en la mesa, por favor…

Roberto: Se me ha quitado el hambre, lo siento… señora Cecilia, Yesenia… con permiso. (Se levanta y se va de la casa) Hasta mañana.

Carlos: Lo siento no fue mi intención crear diferencias entre ustedes yo…

Yesenia: Mira Carlos, Rober tiene razón nadie te pidió tu opinión. La cosa iba con mi mamá y con mi hermano.

Andrés: Bueno ya está bien…

Yesenia: Es que estoy cansada de que nunca te pongas de parte de Roberto. El no te ha hecho nada, ya sé que no te cae bien pero…

Carlos: Creo que estás confundiendo las cosas Yesenia.

Andrés: Carlos es amigo mío desde niños y Roberto le conozco hace dos años. Además no tenemos nada en común, es normal que tengamos diferencias de vez en cuando. Y no lo defiendas, porque actuó mal y tú lo sabes.

Yesenia: Mejor me retiro a mi cuarto… (Molesta, se marcha)

Cecilia: Ay hijo, la que has liado…

Andrés: ¿Yo? Si es Roberto que es un bocazas.

Carlos: De veras que le pido una disculpa Cecilia, fue por culpa mía, no debí haber dicho nada.

Andrés: No es culpa tuya, hermano, es culpa de mi cuñado.


COMISARÍA DE POLICÍA

En una sala de la comisaría, Silvia charla con su padre, don Eduardo. Ambos sentados frente a frente a una mesa.



Silvia: Tranquilo papá, todo va a salir bien.

Eduardo: ¿Y el niño, cómo está Diego mi vida?

Silvia: Diego está en mi casa, Merche está cuidando de él. Me dijo que se quedará toda la noche.

Eduardo: Menos mal… te juro que yo no hice nada, no sería capaz de matar a nadie por mucho daño que me hayan hecho Vanessa y Luis.

Silvia: Lo sé… (Tomándole de las manos)


DEPARTAMENTO DE SILVIA

En el salón de la casa, Merche ve su novela favorita “Para mí o para quién”, sentada en una butaca. En ese instante tocan al timbre. La joven acude a abrir la puerta y…



Merche: Jaime, ¿Qué haces tú acá?

Jaime: ¿Está Silvia?

Merche: No, no está, tuvo que salir… su padre fue detenido.

Jaime: ¿Qué, de qué hablas? ¿Cómo así que detenido, por qué?

Merche: Pasa y te cuento… pasa. Diego está dormido ya.

Jaime: Dime, ¿pero Silvia está bien?

Merche: Sí, pero su madrastra, Vanessa murió. La encontraron en el invernadero de la casa de Eduardo. Al parecer el tejado se le vino encima y los cristales la mataron en el acto.

Jaime: Dios mío… no puede ser. ¿Cómo están ellos?

Merche: Silvia muy angustiada y su padre pues imagino que peor… No creo que encuentren pruebas pero la policía sospecha de él. Luis les contó su relación con Vanessa y ya te puedes imaginar. La policía cree que Eduardo la mató por venganza.

Jaime: Parece una película, todavía estoy en shock. ¿Cómo está mi hijo?

Merche: Bien, Jaime… el niño está bien. Te extraña… Hace mucho que no te veía. Estás más guapo, bueno siempre has sido un hombre muy guapo. (Avergonzada)

Jaime: Gracias…

Merche: ¿Quieres tomar algo? ¿Café, una cerveza?

Jaime: Una cerveza está bien. Café no que me quita el sueño luego y ya es muy tarde.

Merche: Vale… (Va hacia la cocina a por la cerveza y regresa)

Jaime: Vine porque quería disculparme con Silvia por lo que hice… Creo que metí la pata hasta el fondo. Luis me abrió los ojos. (Sentándose en el sofá)

Merche: Mira Jaime… (Sentándose en la butaca al lado) Yo sé que eres un buen hombre, has cometido errores sí pero es mejor que olvides a Silvia y sigas tu vida, estoy segura de que hay otras mujeres que podrían hacerte feliz.

Jaime: Ninguna como ella. (Bebiendo la cerveza)

Merche: Eso es porque no quieres ver más allá… A lo mejor la chica de tus sueños está delante de ti y no la has visto.

Jaime: No lo creo… por ahora no hay nadie en mi vida, lo único que quiero es recuperar el amor de Silvia y de mi hijo. Bueno, mejor me voy… ya volveré en otra ocasión.

Merche: Está bien, como quieras Jaime…

Jaime: Hasta otra Merche, y gracias por seguir siendo amiga mía. (Sonríe)

Merche: Gracias a ti.

La chica cierra la puerta tras de Jaime. Merche se derrumba a llorar pues lleva años enamorada de Jaime pero no se atreve a confesar sus sentimientos por temor a la reacción de su amiga Silvia y del propio Jaime.


AL DÍA SIGUIENTE…

EMPRESA SAN MARTÍN-GARMENDIA

En el despacho de Andrés, nuestro protagonista conversa con su amigo Carlos pero justo en ese momento les interrumpe Miranda.



Andrés: Estos planos están mal, Carlos. El cableado no va por ahí, va por… (Señalándole con un lápiz)

Miranda: Contigo quería yo hablar…

Andrés: ¿A ti como que no te enseñaron a tocar las puertas antes de entrar? ¿Verdad?

Miranda: Perdón, me olvido de que la mitad de esta empresa es mía también. Carlos, me dejas a solas con tu “hermanito” que tengo que hablar con él.

Carlos: Permiso… nos vemos luego Andrés. (Se va)

Andrés: ¿Qué quieres Miranda? ¿Vas a montar otro espectáculo ahora en la oficina?

Miranda: Deja el sarcasmo que no te pega nada. Vine porque ya lo sé todo. ¿Cómo es eso de que piensas dejarme? De eso nada… no por esa Silvia.

Andrés: Yo no tengo nada con Silvia, vuelta con lo mismo, que pesada eres.

Miranda: Ayer mi mamá y yo nos enteramos que esa estúpida es la hija de Eduardo Méndez, el marido de mi prima Vanessa.

Andrés: ¿Y eso que tiene? ¿Qué?

Miranda: Eduardo mató a mi prima hace dos días.

Andrés: ¿Quéee?


COMISARÍA DE POLICIA

En la sala de espera, Silvia se abraza con su padre, quien ha pasado una noche arrestado en el calabozo.



Silvia: ¡Papá, qué bueno que te han soltado! Dios, que alegría.

Eduardo: No hay pruebas para retenerme más tiempo. Van a comenzar una investigación para ver que ocurrió. Ahora dicen que pudo ser un accidente…

Silvia: ¿Tú crees?

Eduardo: No lo sé, pero vayamos para tu casa, quiero darme una ducha y cambiarme de ropa, tengo que ir al hospital. Hoy tengo cita con Cecilia, la madre del chico ese que me dijiste.

Silvia: ¿Sí? ¿Y cómo le van las cosas a esa señora?

Eduardo: Por el camino te cuento…



EMPRESA SAN MARTÍN-GARMENDIA

En el despacho de Andrés…



Andrés: ¿Cómo es eso de que su padre mató a tu prima? (Alucinado)

Miranda: Y lo peor es que hoy salió en libertad por falta de pruebas pero de que fue el, fue él. Mi prima le engañaba con otro hombre y segurito la mató por despecho.

Andrés: No puede ser… yo conozco a ese señor… Eduardo es el oncólogo de mi mamá. Ese hombre no es un criminal. Están equivocadas.

Miranda: Eso crees tú… por favor mi amor, no seas tan ingenuo.

Andrés: Si la policía le dejó libre es porque no ha hecho nada. Ahora si me disculpas tengo cosas que hacer, en media hora me voy al hospital con mi madre.

Miranda: Aún no hemos terminado, no vas a dejarme plantada y con un hijo en la barriga, de eso nada.

Andrés: Yo ejerceré como padre pero tú y yo hemos terminado.

Miranda: Te juro que si me dejas no conocerás a tu hijo en tu vida. ¿Entendiste?

Andrés: No te atreverías a hacerme algo así.

Miranda: Ponme a prueba…


HOSPITAL MARQUÉS DE VALDECILLA

En la consulta de oncología del doctor Méndez, don Eduardo revisa unos documentos mientras doña Cecilia le mira preocupada y nerviosa. En ese momento la puerta de la consulta se abre, es Andrés, quien entrando, cierra la puerta tras de sí.



Andrés: Lo siento, siento llegar tarde, el tráfico…

Cecilia: No te preocupes hijo, si acabo de entrar…

Eduardo: Bueno, pues a ver… Ahora que están los dos aquí… Cecilia, me temo que no tengo buenas noticias.

Andrés: ¿Qué ocurre doctor?

Eduardo: La quimio no está resultando, ya hemos probado tres tipos distintos y no hay resultados. Pero no se preocupen, la próxima semana vamos a cambiarle a una nueva que sí está funcionando en casos como el suyo en otros pacientes.

Cecilia: Ay Diosito… esto es un calvario…

Eduardo: Hasta ahora la quimio ha ido reduciendo el tumor pero muy poco, necesitamos algo más fuerte para terminar el proceso y poder operar. ¿Entienden?

Andrés: Sí, claro… Ójala esta vez las cosas vayan bien, doctor.

En ese momento el teléfono móvil de Cecilia suena en su bolso de mano.

Cecilia: Disculpe doctor… (Mirando el móvil) Es mi hija, voy a salir a tomar la llamada…

Eduardo: No se preocupe.

Mientras Cecilia sale de la consulta…

Andrés: Dígame la verdad, don Eduardo. ¿Cómo ve lo de mi mamá?

Eduardo: Si la próxima quimio no resulta, le veo muy pocas esperanzas.

Andrés: ¿Qué? Pero si acaba de decirme que…

Eduardo: Lo hice para no preocupar a su madre, pero ahora que estamos a solas, tengo que ser sincero contigo. Si el tumor no se reduce no podremos operar y esto conlleva el que la enfermedad pueda extenderse e invadir otros órganos. El cáncer que padece tu madre es muy agresivo, por eso no damos con un tratamiento apropiado.

Andrés: ¿Y si la llevo a Houston como le dije? Tenemos el dinero para intentarlo… no sé…

Eduardo: Está bien, si crees que allá puedan hacer algo por ella te apoyo pero ya te dije una vez que el dinero no es la solución.

Andrés: Pero y si la quimio no funciona, si no dan con un tratamiento…

Eduardo: Cecilia iría empeorando lentamente, en un año el cáncer produciría metástasis y cuando eso sucede…

Andrés: No entiendo doctor, ¿qué ocurre cuando hay metástasis?

Eduardo: Ya no podríamos hacer nada por ella. Sería cuestión de esperar y… (Tragando saliva) Andrés, debes se fuerte porque las cosas pintan mal, la verdad. Houston puede ser la única oportunidad para ella.

Andrés: ¿La única oportunidad? ¿Qué es lo que quiere decir? (Preocupado y asustado)

Eduardo: Que si en Estados Unidos no pueden ayudarla, tu madre puede morir.

El joven se queda sin palabras, en ese instante se le saltan las lágrimas delante de don Eduardo. Andrés no da crédito a lo que acaba de escuchar. Escuchamos música incidental.



CONTINUARÁ

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