CUANDO SE AMA DE VERDAD
CAPÍTULO 1: MAGIA NEGRA
MANSIÓN GARMENDIA,
SANTANDER, ESPAÑA
En el piso de arriba, junto a la puerta del despacho de
la villana, doña Irene discute con Faustina, su empleada de
servicio.
Irene:
Eres una metiche Faustina, ¿Desde cuando escuchas detrás de las puertas, maldita
chismosa? (Enojada)
Faustina: Es usted peor de lo que yo me imaginaba,
jamás en mi vida he conocido una persona tan baja y tan miserable… ¡Haciendo
magia negra a la pobre señora Cecilia! ¡No puedo creerlo!
Irene: Esa
malnacida me las va a pagar todas juntas… y no voy a parar hasta acabar con
ella. Ni tú ni nadie lo va impedir. ¿Me entendiste?
Faustina: No, señora
Irene, esto no se va a quedar así. Ahora mismo voy a hablar con el novio de la
señorita Miranda y se va enterar de todas las marramuncias que le está haciendo
a esa pobre familia.
Irene: Tú no vas a abrir la boca Faustina, porque te
juro que… (Furiosa)
Faustina: ¿Qué qué? ¿QUÉEE? (Desafiante) No la tengo
ningún miedo, llevo años soportando sus humillaciones y sus malos tratos pero se
acabó. Esta es la gota que colma el vaso.
Irene: Más vale que cierres el
pico vieja cacatúa. Ni te atrevas a hablar con él, porque de lo contrario no
respondo… Estás advertida.
Faustina: ¿Me está amenazando?
Irene:
Tómalo como te dé la gana. (Con mucha soberbia) Sólo eres una muerta de hambre,
una analfabeta sin educación. ¿Qué crees, que Andrés te va a creer esos cuentos
y supercherías de tu pueblo colombiano? (Burlándose)
Faustina: Usted hace
magia negra, brujería, vudú… y eso no son cuentos, es la pura realidad. Lo vi en
mi tierra. Acabo de presenciarlo ahora con mis propios ojos.
Irene:
Estás completamente loca…
Faustina: Aquí la única loca que hay es usted.
Y por supuesto que se lo voy a contar, el joven Andrés tiene que saber la clase
de víbora que es su suegra. !Ahorita mismo se lo voy a decir! (Voltea para irse
pero Irene la toma del brazo)
Irene: Tú no vas a ir para ninguna parte,
estúpida... !Antes te mato! ¿Me oyes? !TE MATO! (Desafiante, apretándole el
brazo con fuerza)
Faustina: !Suélteme! (Se suelta para irse)
¡Bruja!
Irene: !CÁLLATE! (Furiosa. Pegándola una fortísima cachetada) Voy
a acabar contigo… (Agarrándola del cuello, ambas forcejean)
En ese
momento doña Irene empuja a Faustina por las escaleras. La criada cae rodando
brutalmente en una caída espectacular. Escuchamos música incidental. Faustina se
va dando varios golpes y finalmente se esnuca de forma violenta contra uno de
los peldaños. La pobre mujer muere en el acto.
2 AÑOS ANTES…
HOSPITAL MARQUÉS DE
VALDECILLA, SANTANDER, ESPAÑA
En una consulta del área de urgencias,
Andrés y su madre Cecilia escuchan el diagnóstico médico.
Eduardo:
Cecilia, me temo que no tengo buenas noticias.
Cecilia: Ay por favor,
doctor, no me asuste, ¿Qué es lo que tengo?
Eduardo: Los resultados de
las pruebas realizadas indican que tiene una pequeña masa en el páncreas. Es un
tumor… y no se ve bueno.
Cecilia: ¿Qué? (Nerviosa y
asustada)
Andrés: ¿Qué está diciendo doctor? No… no eso no puede ser…
tranquila mamá, tranquila, por favor… tiene que haber un error…
(Preocupado)
Cecilia: Ay Dios mío…
Madre e hijo se miran a los
ojos sin decir nada mientras se toman de la mano fuertemente ante la atenta
mirada del doctor Méndez.
Eduardo: Voy a ser muy sincero con ustedes,
todavía hay que realizar otros estudios pero la verdad es que el tumor… es malo…
es… cáncer.
En ese momento Cecilia y Andrés, tomados de las manos se
quedan en silencio, sin apenas poder articular palabra. La noticia les ha dejado
impactados y muy preocupados. Es aquí donde comienza un largo
camino…
AUTO DE MIRANDA
La novia de Andrés habla por su manos
libres por teléfono con el chico, quién está en los pasillos del hospital.
Miranda conduce el vehículo por el centro de Santander, el paseo de Pereda es la
avenida que une el centro de la capital con las playas.
Miranda:
¿Qué dices mi amor? ¿Cómo así? No puede ser… ay pobre mujer.
Andrés: Le
van a poner un tratamiento y luego la operarán, pero para eso faltan aún unos
meses. Hay que ver como reacciona el tumor a la quimio.
Miranda:
¿Hablaste ya con Yesenia? ¿Qué te dijo tu hermana?
Andrés: Yesenia está
de viaje con su novio Roberto. Hasta mañana no regresan de
Málaga.
Miranda: Bueno, la llamaré luego para hablar con ella un poco y
ver que tal está, imagino la noticia la habrá cogido por
sorpresa.
Andrés: Se puso a llorar, le ha afectado mucho. Está muy
preocupada pero bueno… ya tengo ganas de que llegue mañana para hablar del tema.
Miranda: Cariño, no estés mal, verás como tu mamá va a vencerlo, Cecilia
es una mujer muy fuerte y sobre todo muy luchadora.
Andrés: Lo sé.
Gracias por estar conmigo en estos momentos. Te amo.
Miranda: Y yo a ti
“mi niño”, te quiero mucho. Chao, mi amor.
DEPARTAMENTO DE
SILVIA
El timbre de la vivienda suena. Silvia, una de las enfermeras del
hospital, se dispone a abrir la puerta de su casa sin esperarse la sorpresa que
Jaime, su ex, le va a dar tras unos años separados.
Jaime:
Hola, mi amor. (Sonríe) ¿Cómo estás? Pasaba por aquí y me dije…
Silvia:
¿Se puede saber que haces tú acá, Jaime? Te dije que no quería volver a verte
nunca más. (Molesta)
Jaime: No te enfades Silvia, sólo quería saber como
estabas y de paso decirte que regreso a Santander. Vine para
quedarme.
Silvia: ¿Qué? (Alucinada)
Jaime: ¿Dónde está el
niño?
Silvia: Espera, espera… ¡Repite eso! (Anonadada)
Jaime: Vine
por Diego. Voy a reclamar su custodia.
Silvia: ¡Ni te atrevas! Mi hijo es
mío. ¡Mío! Y ni tú ni nadie me lo va a quitar, que te quede claro.
Jaime:
También mío, no se te olvide.
Silvia: No Jaime, cuando te fuiste a
Barcelona perdiste todos los derechos como padre. Ahora te presentas acá
buscando lo que no se te ha perdido…
Jaime: ¿Dónde está Diego? ¡Hijo, soy
papá! ¡Mira lo que te he traído! (Con una bolsa de una tienda de
juguetes)
Silvia: El niño está con mi papá de paseo. No regresarán hasta
más tarde, así que si no te importa… (Cerrando la puerta)
Jaime: No vas a
separarme de mi hijo… Si no es por las buenas será por las malas, tú decides. No
tienes ni idea de la que te espera. Mi abogado pronto va a interponer la demanda
y vamos a ir a juicio, lo quieras tú o no. ¿Está claro?
(Desafiante)
Silvia: Esto es increíble… ¡Te acostaste con aquella
streaper días antes de nuestra boda! ¡Y ahora vienes como si no hubiera pasado
nada a decirme esto! Eres un cínico, un descarado… ¡Lárgate porque no te quiero
volver a ver! (Furiosa, le cierra la puerta en la cara)
Jaime: Eres una
estúpida pero te juro que me las vas a pagar. ¡Diego se va a venir a vivir
conmigo a Barcelona! ¡Ya vas a ver!
MANSIÓN GARMENDIA
En el
salón de la elegante y lujosa mansión de doña Irene Garmendia, la villana
conversa con su hija Miranda.
Miranda:
Acabo de hablar por teléfono con Andrés, Cecilia tiene un tumor maligno en el
páncreas. Es cáncer.
Irene: Tienes que convencerlo de que apure el
matrimonio, si su madre se muere todos nuestros planes se irán al carajo.
Cecilia tiene el 60% de las acciones de la empresa y si al estúpido de tu novio
le da por vender su parte del Estudio de arquitectura, nos vamos a quedar en la
calle.
Miranda: Andrés está pasándolo muy mal, mamá, no puedo pedirle eso
precisamente ahora. Dame tiempo. Además, todavía tienen que ponerle un
tratamiento… Yo confío en Dios que luchando logrará superar la enfermedad. Hoy
día mucha gente se cura, mamá.
Irene: Y otra tanta se muere… Hija, de
verás no pensé que fueras tan ingenua. ¿Más tiempo? Por favor Miranda, por
favor… Llevan años de novios. ¡Te he dicho que tienes que apurar esa boda! ¡Así
que tú veras lo que haces!
Miranda: Está bien, hablaré con Andrés, pero
no te prometo nada.
Irene: No quiero promesas, quiero hechos, Miranda.
¡Hechos!
SEMANAS DESPUÉS…
DEPARTAMENTO DE
SILVIA
Nuestra protagonista termina de vestir a su hijo Diego, el niño
sonríe tierno. Apenas tiene 4 años, tiene el cabello negro, los ojos castaños,
es muy parecido a Jaime, su padre.
Silvia:
Mira que guapo está hoy mi niño con el nuevo pantaloncito que le compré.
(Sonríe) Hala, vamos que ya es hora de ir al colegio.
Diego: ¿Mamá,
cuándo va a venir papá a verme?
Silvia: No lo sé mi vida, tu papá ahora
va a trabajar en el hospital como mamá y no sé cuando tendrá tiempo para… Ay mi
amor, es que creo que es mejor que no le veas porque…
Diego: Quiero ver a
mi papá… (Se le saltan las lágrimas)
Silvia: No llores cariño… (Triste,
le abraza)
La joven abre la puerta de la casa para salir. En ese momento
les interrumpe don Eduardo, el padre de Silvia y abuelo del pequeño
Diego.
Eduardo:
¡Buenos días! ¿Cómo está mi campeón? (Cogiéndole en brazos)
Diego:
Abuelito… (Sonríe tierno)
Silvia: Qué pronto, no te esperaba a estas
horas en casa, papá. (Se besan en las mejillas)
Eduardo: Voy para el
hospital y me dije, de paso te hago la visita para ver al peque. Hija, ¿Ya se
van para la escuela?
Silvia: Sí, precisamente estábamos ya por salir. Por
cierto… ¿Y Vanessa?
Eduardo: Está en la casa, dijo que le dolía la
cabeza, así que no irá hoy a trabajar.
Silvia: Papá, Jaime vino a verme.
Ha vuelto de Barcelona.
Eduardo: ¿En serio, cuando?
Silvia: Hace
unas semanas, no te dije nada porque estabas en aquel congreso de Canarias, pero
ayer me llamó para decirme… me dijo de nuevo que quiere la custodia de Diego.
Eduardo: ¿Quéee? ¡Por encima de mi cadáver!
CASA DE DON
EDUARDO Y VANESSA.
En el dormitorio conyugal, la explosiva Vanessa, la
segunda esposa de don Eduardo, se encuentra en la cama con su amante, Luis.
Ambos semidesnudos, tras haber hecho el amor.
Vanessa:
Ay que rico me lo haces siempre mi vida… me vuelves loca.
Luis: A poco y
el viejo ese no te satisface como tú te mereces, mi reina hermosa.
(Besándola)
Vanessa: Calla, ni me lo recuerdes. Menos mal que hace tiempo
no me toca, porque no veas el asco que me da.
Luis: ¿Y entonces por qué
sigues con él, Vanessa?
Vanessa: Ay Luis, de verdad, pareces tonto… ¿Por
qué diablos va a ser? Por el dinero, hijo, por el dinero… Eduardo gana una
fortuna como oncólogo en el hospital mientras que tú… mejor me
callo.
HOSPITAL MARQUÉS DE VALDECILLA
En la cafetería del
hospital, Andrés almuerza sentado a una de las mesas, sólo, inmerso en sus
pensamientos. En ese instante Silvia se acerca con una bandeja para comer con
él.
Silvia:
Disculpa que te moleste... ¿Me permites sentarme contigo? Es que están todas las
mesas ocupadas y… (Avergonzada)
Andrés: Claro, no te preocupes… siéntate,
no hay problema. (Sonríe)
La joven responde sonriendo igualmente pero
avergonzada y sonrojada al conocer a Andrés. Sin querer, con los nervios, Silvia
deja caer un vaso de zumo de la bandeja sobre el chico.
Silvia: ¡Ay
perdón! ¡Perdón! (Apenada)
Él sonríe sin decir nada y se levanta de su
silla. Justo en ese momento ambos se pierden en un cruce de miradas y sonrisas,
escuchamos música.
María José – Cuando se ama
Tal vez no
parezcamos tal para cual
Tú vuelas tan alto, yo empiezo a volar
Pero somos
humanos y se vale soñar, yo soñé que tú eras mi pareja ideal
Y en contra de
lo que el mundo entero pueda pensar,
Hoy tú y yo somos uno y así vamos a
estar
Porque cuando se ama de verdad, no importa la distancia, edad o la
clase social
Lo único importante es besarse con sinceridad…
La
joven trata de limpiarle la camisa con una servilleta.
Silvia: Perdona,
que tonta, por Dios… lo siento, lo siento… (Avergonzada)
Andrés: No te
lleves mal rato, no pasa nada, en serio.
Silvia: Ya pero…
(Apenada)
Andrés: ¿Te sientes bien? Te noto un poco pálida. ¿Quieres un
poco de agua? (Preocupado)
Silvia: No, gracias… es que…
(Triste)
Andrés: Disculpa que me meta en donde no me llaman… ¿Te ocurre
algo? ¿Estás bien?
Silvia: Nada, no me pasa nada…
olvídalo.
Andrés: Todos tenemos problemas… tal vez te hiciera bien
hablarlos con alguien…
Silvia: Silvia, me llamo Silvia. Trabajo acá en el
hospital, soy enfermera. Sí, si tengo un gran problema la verdad… No sé como voy
a hacer, es una larga historia.
Andrés: Bueno todo tiene solución, o
casi… yo soy Andrés, Andrés San Martín. (Sonríe)
Silvia: Imagino tienes
algún familiar ingresado aquí o algo así…
Andrés: Mi madre está ahora en
su primera sesión de quimioterapia, cáncer, ya sabes… (Triste)
Silvia:
Bueno, hombre pero cambia esa cara, hoy día la ciencia y la medicina han
avanzado mucho, Andrés. Verás como con el tratamiento y fe se cura, ya lo verás.
Mi tía tuvo cáncer de mama hace cinco años y si la ves ahora… Está con unas
ganas de vivir que ni yo las tengo. (Sonríe dulce)
Andrés: Ya pero… no
sé… Mi hermana me dice lo mismo que tú pero yo… la verdad estoy muy preocupado.
Todo esto nos ha tomado por sorpresa, ha sido muy duro. Es muy
duro.
Silvia: ¿Cuánto hace que le detectaron la
enfermedad?
Andrés: Dos semanas… hoy es su primera quimio. Yo quise
quedarme con ella pero no me dejó. Prefiere estar sola.
Silvia: Bueno,
no te preocupes, así tú también te distraes mientras. Eso sí, la comida aquí es
malísima, peor que la que le dan a los pacientes, no te digo más. (Sonríe
dulce)
Andrés: Jajajaja. (Sonríe) No será tanto, mujer. Qué
exagerada.
Silvia: Prueba, prueba la pasta, tú veras… (Burlándose
mientras él se lleva un bocado a la boca)
Andrés: ¡Tienes razón! (Con
mala cara)
Silvia: ¿Qué te dije? Si es que yo llevo trabajando aquí tres
años y cada vez que me toca comer en el trabajo… me pongo a dieta. Se me va
quedar un “tipín” que vamos…
Andrés: Jajajaja.
Silvia: Así me
gusta, que sonrías. (Sonríe) Ánimo Andrés, verás como todo sale
bien.
Andrés: Eso espero…
Ambos se miran a los ojos, Andrés tiene
novia y no repara en las intensas miradas de Silvia. Apenas le presta atención,
pero Silvia le observa detalladamente los ojos, la boca, sus manos… Andrés no se
da cuenta. La joven reanuda la conversación.
Silvia: Siento haberme
sentado contigo, dirás que soy una descarada… (Avergonzada) Es que a esta
hora…
Andrés: No te preocupes, no pasa nada. Es más, me agrada tu
compañía.
Silvia: Dijiste que tienes una hermana ¿verdad?
Andrés:
Sí, Yesenia, trabaja en una guardería en el centro. A esta hora le toca currar.
(trabajar)
Silvia: Comprendo, así que hoy tú acompañas a tu mamá, eso
está bien. Se ve que la quieres mucho.
Andrés: Sí, ella es toda mi vida.
Desde que mi papá murió, mi madre es el pilar central de la
familia.
Silvia: Mi mamá también falleció hace diez años, accidente de
tráfico.
Andrés: Lo siento mucho.
Silvia: Y bueno, mi papá se
volvió a casar, por cierto, con una tipa 20 años más joven,
imagínate.
Andrés: Tipo listo tu padre, una mucho más joven...
(Burlándose)
Silvia: No te rías, que no tiene gracia. Encima ella y yo no
nos llevamos muy bien que digamos.
Andrés: Lo siento, era una broma no te
enfades.
Silvia: Y bueno, por lo demás…
Andrés: Yo me iba a casar
en dos meses pero con la enfermedad de mi madre tuve que cancelar la boda. No
estamos para celebraciones.
Silvia: Entiendo… (Triste) ¿Entonces, tienes
novia? (Desilusionada)
Andrés: Sí, se llama Miranda. Llevamos juntos 7
años, empezamos muy jovencitos.
Silvia: Imagino… bueno yo también tengo
un amor en mi vida. ¿Sabes?
Andrés: ¿Ah sí? (Sonríe)
Silvia:
Diego lo es todo para mí, es mi luz, mi sol, mi vida entera, si te soy sincera,
no sé que haría sin él.
Andrés: Se ve que le quieres mucho, por cómo
hablas de él, quiero decir.
Silvia: Le amo más que a mi vida, tiene 4
añitos.
Andrés: ¿Cómo que cuatro? (Sorprendido)
Silvia: Diego es
mi hijo. (Sonríe burlándose)
En ese momento Andrés se queda sorprendido,
Silvia sonríe, escuchamos música.
María José – Cuando se ama de
verdad
Porque cuando se ama de verdad, no importa la distancia, edad o la
clase social
Lo único importante es besarse con sinceridad
Contigo es tan
fácil la fidelidad
Cuando se ama de verdad, lo que digan los demás no importa
nada
Recuerda que en el corazón, como en nuestra habitación
Solamente el
amor manda…
CONTINUARÁ
la novela es rosa rosa rosa...claro contemporaneo y muy , muy español. No pude evitar imaginarme a los personajes hablando asi, y con las muletillas. Quizas eso tenga en contra, pero me parecio buena.
ResponderEliminarNinel, que decir...quizas siempre será una mujer asi, descarada soberbia...y que bueno que le pone la cara a Casados este hombre me cae mal, espero y le vaya de la patada...
atte hn
Hola, no entiendo porque tiene que tener en contra el que hablen como españoles si la novela se desarrolla en España... por eso hablan así, tampoco hay tanta diferencia con el español de México o si? No entiendo...
ResponderEliminarHola Pedro...la diferencia es en el acento. La mayoria son actores mexicanos, cuando uno empieza a imaginar resulta gracioso...es verdad, pero asi es la costumbre. Quizas si me ponen a una actriz o actor español hablando con acento argentino o colombiano, pues si, tambien me caeria en gracia. Pero todo es en la imaginacion...quizas avanzada la trama, termine por acostumbrarme
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