lunes, 28 de enero de 2013

Capítulos 11 y 12: El desenlace (Gran Final)

CUANDO SE AMA DE VERDAD

CAPÍTULOS 11 Y 12: EL DESENLACE

SANTANDER, ESPAÑA
DEPARTAMENTO DE SILVIA

Nuestra protagonista se encuentra hablando por teléfono con Andrés, quién está en el hospital Anderson, en Houston. Desde los pasillos del centro sanitario, Andrés le cuenta a su novia las malas noticias.



Andrés: La enfermedad ha vuelto a aparecer, mi amor… (Preocupado)

Silvia: ¿En serio? No puede ser… otra vez no, pobre mujer… ¿Qué piensan hacer ahora? ¿Qué te han dicho los médicos?

Andrés: Seguir luchando y no perder las esperanzas… No nos queda de otra.

Silvia: Cuanto lo siento, cariño… Te echo tanto de menos… Pensé que esta revisión sería como las demás. Parecía que todo estaba tan bien con tu mamá… (Triste)

Andrés: Lo sé, pero así es la vida, siempre le toca a las personas buenas, a quien menos se lo merece. Estoy muy angustiado, no puedo comer, no puedo dormir… No me siento bien.

Silvia: Ojala pudiera estar en Estados Unidos contigo pero no puedo…

Andrés: No pasa nada, yo lo entiendo, tienes que trabajar, cuidar de Diego, no te preocupes. Mi hermana y mi cuñado vendrán la próxima semana para pasar unos días con nosotros.

Silvia: ¿Cuánto tiempo va a estar tu mamá en tratamiento esta vez?

Andrés: No lo sé seguro, lo más probable es que sean al menos tres meses. Tengo que hablar con el doctor Stevenson.

Silvia: Llámame con lo que sea mi amor. Te mando muchos besos, te quiero. (Sonríe aunque triste)

Andrés: Y yo a ti Silvia, te amo. (Con lágrimas en los ojos)


MANSIÓN GARMENDIA

Doña Irene habla consigo misma mientras observa una fotografía de su hija, la difunta Miranda.



Irene: Espero que todo salga como esperamos, mi vida… estoy segura de que allá donde estés estas feliz de ver mi venganza cumplida. Hablé con la estúpida de Yesenia por teléfono. Parece ser que Cecilia volvió a recaer de su enfermedad… (Sonríe con malicia) Sabía que mi trabajo no iba a ser en vano. Esa maldita familia va a pagarnos todo el daño que nos ha hecho, mi amor, te lo juro. No voy a descansar hasta hundirlos. Primero Cecilia, después será Silvia y por último Andrés… ¡Todos morirán! ¡Todos!


CASA DE DON EDUARDO

En el salón de la vivienda, Silvia, su padre don Eduardo, Jaime y el pequeño Diego, conversan mientras almuerzan sentados a la mesa.



Silvia: Así que parece ser que la mamá de Andrés está otra vez igual… Es un calvario lo que están viviendo, me da mucha pena…

Eduardo: Ojala todo vaya bien y logren atajarlo. Intentaré hablar con Andrés por teléfono esta tarde para preguntarle por Cecilia.

Jaime: Pobre señora… la verdad no la conozco pero me da mucha lástima que tengan que vivir algo así. Yo que quería conocer a Andrés…

Diego: Cuando venga le conocerás papá, es genial. Es mi mejor amigo.

Jaime: ¿Qué tan mejor amigo ah? (Celoso, aunque en bromas)

Diego: Pero tú eres mi papá, no te enojes, tontorrón, a ti te quiero más. (Sonríe tierno)

Silvia: Jaime, lo que más deseo es que Andrés y tú se lleven bien. Si no es por mí, hazlo por Diego ¿Sí?

Eduardo: Andrés es un buen muchacho Jaime, él ama a mi hija.

Jaime: Yo también estoy con alguien, siento no haberles contado antes pero… el caso es que no encontraba el momento para decíroslo.

Silvia: ¿Estás saliendo con una chica? Qué buena noticia, me alegro mucho por ti, Jaime.

Diego: ¿Y cómo se llama tu novia papá?

Jaime: Merche… (Sonríe)

Silvia: ¿Qué? (Sorprendida) ¿De veras estás con Merche? No me lo puedo creer, jajaja. ¿Desde cuando? No me había dicho nada.

Jaime: Ya sabes como es ella de discreta, no se atrevía porque tenía miedo a tu reacción aunque ya veo que lo has tomado a bien.

Silvia: ¿Y por qué me iba a parecer mal? Ay Jaime, no sabes cuanto me alegro por vosotros. Merche es mi mejor amiga, casi una hermana…

Jaime: Bueno el caso que empezamos a salir como buenos amigos y… con el tiempo se dio. (Sonríe)

Eduardo: Me parece perfecto que comiences a rehacer tu vida Jaime, es lo mejor para los dos.

Diego: ¿Pero a qué van a seguir siendo mis papás?

Jaime: Claro, hijo, eso no cambia, ni cambiará.

Silvia: Te deseo lo mejor Jaime, de verdad. (Sonríe)

Jaime: Lo mismo digo, Merche me hizo ver que existe el amor y que no debía aferrarme a algo imposible. Yo te quiero Silvia, y te voy a querer siempre, eres la mamá de mi hijo.

Silvia: Y tú el padre de Diego. Sólo espero que Merche y tú sean muy felices, tanto como Andrés y yo.

Diego: ¡Oye papi! ¿Y si te casas con Merche ella será mi madrastra?

Silvia: No le digas así, mi amor, que suena muy feo.

Jaime: Jajaja. ¿Tan fea la ves para verla de madrastra de cuento?

Diego: ¡Que va! ¡Es super guapa! (Sonríe)

Jaime: ¿Y entonces?

Diego: Bueno pues al final voy a tener dos papás y dos mamás. Anda que no voy a presumir en el cole ni nada…

Todos: Jajajajaja.

En ese momento tocan al timbre, don Eduardo acude a abrir.

Eduardo: Voy a ver, ¿Quién será a estas horas?

Silvia: ¿Esperabas a alguien papá?

Eduardo: No, por eso te digo…

Don Eduardo abre la puerta y…

Policía: Buenas tardes, le tengo noticias sobre el caso de Vanessa Garmendia.

Eduardo: ¿Qué ocurre agente? ¿Después de tantos meses al final dieron con el culpable de su muerte?

Policía: Así es… el asesino confesó toda la verdad ayer en comisaría.

Silvia: ¿Cómo que confesó todo? ¿Quién es? ¿Por qué habló ahora después de tanto tiempo?

Policía: El autor de la muerte de Vanessa Garmendia es… Luis Gómez, su ahijado, señor Méndez.

Eduardo: ¿Quéee? ¿Pero que dice? ¿Luis?

Silvia: No, eso no puede ser… Luis estaba enamorado de ella, ¿Cómo iba a matarla?

Policía: Luis Gómez confesó el crimen, la conciencia no le dejaba vivir tranquilo. Al parecer discutió con la fallecida el día anterior. Por lo visto Vanessa Garmendia no quería seguir con él, la joven le amenazó con dejar su relación ya que pretendía seguir con usted. No quería divorciarse.

Eduardo: Seguramente por el dinero… claro.

Silvia: Obvio.

Policía: Así es, Luis declaró que su amante le dijo que iba a intentar arreglar su matrimonio y que lo de ellos se había terminado. Luis enfureció y planeó matar a Eduardo con una trampa en el invernadero. Pero por error le salió mal y la víctima resultó ser Vanessa.

Silvia: ¿Pero cómo pudo ser tan cínico? El mismo me recriminó en comisaría cuando detuvieron a mi padre, acusándole de asesino.

Eduardo: ¡Y al final resultó que el asesino era él! Quería matarme a mí…

En ese momento Jaime se acerca tras de Silvia y Eduardo e interrumpe la conversación.

Jaime: Parece increíble, jamás lo hubiera imaginado de Luis.

Silvia: ¿No has vuelto a verle en todo este tiempo, Jaime?

Jaime: No, me dijo que se iba a vivir a Madrid, ni siquiera sabía que estaba en Santander.

Eduardo: Dios mío, todavía no puedo creerlo. Vanessa me engañaba con mi ahijado y murió a manos de su propio amante por equivocación. Es increíble.


UN MÉS MÁS TARDE…

HOUSTON, ESTADOS UNIDOS
CLÍNICA ANDERSON

En una de las habitaciones del prestigioso hospital, doña Cecilia y Silvia hablan por teléfono. La joven se encuentra en su casa de España, en su dormitorio.



Cecilia: Así vamos hija, poco a poco… paciencia, qué le vamos a hacer.

Silvia: Espero lo esté llevando bien señora. Siempre la tengo en mis pensamientos.

Cecilia: No te preocupes cariño. Andrés está siempre conmigo y aunque te echa mucho de menos, no me deja sola un momento.

Silvia: Me hubiera gustado hablar con él un poco.

Cecilia: Fue a descansar al hotel. Le obligué yo. Se encuentra muy deprimido hija, no le veo nada bien.

Silvia: ¿Qué pasa Cecilia? Por favor, dígame la verdad.

Cecilia: Andrés está pasándolo muy mal, mi niña. Por eso te pido que no le dejes sólo, habla con él, no sé, ojala pudieras estar a su lado en estos momentos. Siento ser un impedimento entre vosotros con esto…

Silvia: No diga eso, por favor… (Triste)

Cecilia: Cuando mi hijo parecía que estaba tan feliz contigo y ahora nos viene esto de nuevo… Diosito qué he hecho para merecer esto, hija.

Silvia: No llore, no esté triste, verá como todo va a ir bien.

Cecilia: Quiero pedirte algo, pero prométeme que no le dirás nada de esto a Andrés. Por favor, confío en ti.

Silvia: Dígame, lo que sea, le doy mi palabra.

Cecilia: Sé que me voy a morir Silvia…

Silvia: No diga eso por Dios… usted se va a poner bien.

Cecilia: No cariño, sé que no me queda mucho tiempo. Ayer vi a Andrés hablando con el médico y le noté muy preocupado. El doctor movía la cabeza… Estoy muy asustada.

Silvia: Cecilia… (Se le saltan las lágrimas)

Cecilia: Me voy a morir Silvia, pero antes quiero que sepas que me alegro de haberte conocido y de que formes parte de la vida de Andrés. No pudo encontrar una chica mejor que tú.

Silvia: Gracias… (Llorando)

Cecilia: Te pareces mucho a tu mamá. (Sonríe)

Silvia: ¿En serio? (Sonríe con lágrimas en los ojos)

Cecilia: Sí, Laura era igual que tú, muy guapa, muy buena persona, muy dulce… Estoy segura que Irene hizo algo en su contra… pero no podremos demostrarlo nunca.

Silvia: Siempre lo he pensado y sé que jamás podré probarlo.

Cecilia: Cuando supe que eras hija de Laura, no me lo podía creer. Andrés me contó todo hace poco.

Silvia: Sí, yo le conté todo sobre mi pasado poco antes de que se marcharan a Estados Unidos. Nunca imaginé que mi mamá y usted fueran tan buenas amigas.

Cecilia: Silvia, hija, escúchame lo que te voy a decir.

Silvia: No siga, por favor… Usted se va a curar, yo lo verá. Debe tener fé en Dios.

Cecilia: Si los médicos no me curan, Dios no lo va a hacer…

Silvia: Cecilia… (Triste)

Cecilia: Escúchame, por favor Silvia. Si muero, cuida mucho de mi hijo. El es un chico muy tierno, muy bueno… Está muy unido a mí y sé que si yo falto lo va pasar muy mal. Por eso te pido que no le dejes sólo.

Silvia: No me diga eso… (Llorando)

Cecilia: Si me voy, prométeme que siempre vas a estar con él. Amándole, cuidándole, enseñándole a seguir adelante. Prométemelo, Silvia, por favor… (Llorando)

Silvia: Se lo prometo… (Deshecha en un mar de lágrimas)


AEROPUERTO DE SANTANDER

En el área de salidas del aeropuerto de la ciudad, Yesenia y su novio Roberto se despiden de Carlos, el mejor amigo de Andrés, quién las ha llevado al aeropuerto en su coche. La pareja se dispone a tomar un vuelo a Madrid y de allí a Houston.



Yesenia: Cuídate mucho Carlos, esperamos volver con buenas noticias.

Roberto: Te mantendremos informado. No te preocupes.

Carlos: Denle un fuerte abrazo a Andrés de mi parte, por favor. Estamos en contacto.

Yesenia: No estés triste Carlos, verás como todo va a ir bien.

Carlos: Andrés es mi mejor amigo, es como un hermano para mí. Y me duele por lo que está pasando.

Roberto: ¿No quieres venir con nosotros?

Carlos: No puedo, tengo mucho trabajo y además mi novia llega mañana de Bilbao.

Yesenia: ¿Estás con una chica? No sabía nada, jejeje.

Roberto: ¿Cómo se llama? A ver si no las presentas un día.

Carlos: Se llama Natalia. (Sonríe) Es vasca, apenas llevamos un par de meses pero con la distancia… pues…

Yesenia: No te preocupes, verás como con el tiempo al final viven juntos sea aquí o en Bilbao.

Carlos: Bueno, ya me voy. Qué tengan buen viaje. Díganle a Cecilia que le deseo mucha suerte y que todo salga bien.

Roberto: No te preocupes. Cuídate Carlos. Hasta pronto.

Mientras Roberto y Yesenia cruzan los controles de acceso a las puertas de embarque, Carlos les mira entre la multitud de personas que a esa hora abarrotan el aeropuerto.


MANSIÓN GARMENDIA

La policía llega a casa de doña Irene con una orden judicial. La villana abre la puerta y se encuentra con tres agentes de policía.



Policía1: ¿Irene Blasco de Garmendia?

Irene: Sí agente, soy yo. ¿Ocurre algo? ¿Qué desean?

Policía2: Queda usted arrestada por el asesinato de Faustina Arranz. (Le ponen las esposas)

Irene: ¿Qué? ¿Qué está diciendo? Esto tiene que ser una broma… ¡Yo no he hecho nada! ¡Soy inocente de lo que me acusa! ¡Esto es un atropello! (Furiosa)

Policía1: Tiene derecho a permanecer en silencio, todo lo que diga podrá ser utilizado en su contra ante un tribunal, tiene derecho a un abogado...

El agente continúa informando a la villana de sus derechos como detenida y los otros dos policías se la llevan al coche patrulla.


MESES DESPUÉS

HOUSTON, ESTADOS UNIDOS
CLÍNICA ANDERSON

En los pasillos, Andrés, Silvia, Roberto y Yesenia charlan acerca de doña Cecilia. La joven Silvia ha viajado a Houston debido a que su suegra ha recaído y se encuentra muy grave. El cáncer ha ido avanzando durante estos meses y son pocas las esperanzas, a pesar de que la familia intenta mantenerlas hasta el último momento.



Silvia: Andrés no llores, por favor… (Abrazándolo)

Andrés: Mi mamá está cada vez peor, Silvia. Cada día que pasa está más delgada. No veo la luz al final del túnel con esto. Ya no puedo más… (Llorando)

Yesenia: Andrés… (Llorando)

Roberto: Debéis ser fuertes, no podéis derrumbaros ahora. (Abrazando a Yesenia)

Andrés: ¿Cómo está Diego, Silvia? ¿Qué tal está?

Silvia: Diego está bien, se quedará unos días con Jaime hasta que yo vuelva a España.

Andrés: ¿Y tú padre? ¿Qué tal don Eduardo?

Silvia: Tiene mucho trabajo en el hospital allá en Santander, por eso no ha podido acompañarme.

Andrés: Bueno… no pasa nada… entiendo.

Silvia: Deberíamos ir al hotel, estás muy cansado la noche anterior no pudiste dormir nada.

Andrés: No puedo mi amor… no soy capaz de pegar ojo con todo esto.

Yesenia: Pero así no puedes estar, tienes que mantener la calma. No sé, intenta tomar algo para dormir.

Roberto: Claro, algo que te relaje y te ayude a descansar unas horas al menos.

Andrés: Estoy muy preocupado por mamá. El doctor Stevenson me dijo ayer que lo ve muy negro. No sé que vamos a hacer… (Con lágrimas en los ojos)

Silvia: Andrés, mi amor… (Abrazándole, rompe a llorar)

Justo en ese instante el doctor Edward Stevenson se acerca para hablar con ellos.

Doctor: Andrés, Yesenia… pasen conmigo a mi consulta, tengo que hablar con ustedes, es importante.

Roberto: Silvia y yo les esperamos acá, no se preocupen.

Mientras Andrés y su hermana entran a la consulta del doctor Stevenson, Silvia y Roberto se quedan charlando acerca de Cecilia y sus respectivas parejas. Dentro de la consulta, el médico se sienta a su escritorio, Andrés y Yesenia hacen lo propio al otro lado, frente a él.

Doctor: Voy a ser muy sincero con vosotros chicos, sé que lo que os voy a decir es dificil… (Tragando saliva)

Yesenia: ¿Qué pasa doctor? ¿Cómo ve a mi mamá?

Doctor: Cecilia está muy mal, Yesenia. Esta mañana la he visto muy mal. Llevamos un mes con el catéter y ha perdido mucho peso, está muy débil, apenas puede hablar… La quimio no ha resultado como esperábamos. El sistema digestivo no está respondiendo, el intestino se ha parado y el tumor está invadiendo el hígado.

Andrés: No puede ser… (Con lágrimas en los ojos)

Yesenia: Dios mío… (Llorando)

Doctor: Lamentablemente ya no podemos operar nuevamente, el cáncer ha avanzado más rápido de lo que esperábamos y no podemos abrir así. Lo siento.

Andrés: Pero tiene que haber alguna alternativa, doctor Stevenson, no sé, estamos dispuestos a pagar lo que sea necesario. Incluso he pensado en vender la empresa que tenemos en España para…

Doctor: No es cuestión de dinero Andrés, lo que quiero deciros es que tu madre… (Silencio) Es muy difícil para mí tener que ser tan realista en esto pero es mi obligación como médico.

Yesenia: ¿Qué van a hacer entonces? ¿Le van a poner una nueva quimio? ¿Qué…?

Doctor: Vamos a retirarle el suero, la medicación y el catéter… En una hora voy a pasar por su habitación y la vamos a sedar… (Con gesto muy serio)

Andrés: No… no entiendo…

Yesenia: Ay Andrés… (Entendiendo al doctor, la joven llora deshecha y tiene que salir de la consulta rota de dolor)

Andrés: ¡Yesenia! ¿Dónde vas? ¡Yesenia!

Doctor: Tranquilo, déjala, no te preocupes. Es normal su reacción.

Andrés: ¿Cómo así que van a quitarle la medicación? ¿Por qué la van a sedar? ¿Eso qué quiere decir? (Preocupado y angustiado)

Doctor: Que se va a morir…

Escuchamos música incidental. Andrés no puede reaccionar, es incapaz de hablar. El doctor Stevenson le mira en silencio mientras el chico con lágrimas en los ojos se queda petrificado en la silla.

HORAS MÁS TARDE…

En la habitación donde está ingresada doña Cecilia, la madre de Andrés, visiblemente más delgada y desmejorada, con un pañuelo en la cabeza, pálida y muy débil, se encuentra en la cama mirando a su familia, todos la observan sin decir nada. Yesenia trata de ser fuerte ayudada por su novio, Roberto. Silvia sale fuera de la habitación llorando para que su suegra no se dé cuenta de la realidad. Andrés tampoco es capaz de mirar a su madre a los ojos y pierde su mirada en la ventana hacia los jardines del hospital.



Yesenia: Mamá te van a poner una medicación muy fuerte y para eso te tienen que dormir, pero sólo va a ser una hora, no te preocupes.

Roberto: Eso es… (Sonríe) Todo va a ir bien, ya lo verá. (Miente)

Cecilia: ¿Me voy a morir, verdad?

Yesenia: No digas eso mamá… (Conteniendo el llanto)

Cecilia: No me mientan, lo noto en tus ojos, hija. Andrés, mírame cariño. Por favor…

En ese momento Andrés se da la vuelta y mira a su madre, con lágrimas en los ojos, sin poder hablar. El chico es incapaz de mentirle a su madre y prefiere permanecer en silencio.

Cecilia: Sé que esto se acaba… pero no se preocupen, sólo quiero que sean felices.

Andrés: Mamá… (Llorando deshecho, roto de dolor)

Cecilia: Roberto, cuida mucho de mi niña… (Con los ojos vidriosos)

Roberto: Por favor Cecilia… (Se le saltan las lágrimas)

Tras la puerta, Silvia escucha toda la conversación y rompe a llorar en el pasillo. La joven llora destrozada recordando a su madre, quién falleció en un accidente de coche años atrás.

Cecilia: Andrés, hijo… Acércate…

Andrés: Mamá… (Llorando)

Cecilia: No llores mi amor… no quiero verte triste. (Tomándole de la mano)

Andrés: No me dejes… por favor… (Llorando desconsolado) No te vayas… (Apretando fuerte su mano)

Cecilia: Los quiero hijos. Son lo mejor que me dejó su padre, y siempre estarán aquí (Tocándose el corazón) dentro de mí. (Triste)

En ese momento, una enfermera entra en la habitación con la sedación.

Enfermera: Buenos días… (Seria) Bueno, acá traigo su medicación de hoy, Cecilia…

Cecilia: Gracias Jennifer…

El sedante comienza a correr por el suero hasta llegar a la vena en el brazo derecho de doña Cecilia. El fármaco poco a poco comienza a hacer su efecto.

Cecilia: No me olvidéis… (Con la mirada triste…) Adios…

Doña Cecilia se despide de todos con la mano, haciendo el gesto típico del adiós. Andrés rompe a llorar, Yesenia se abraza a Roberto rota de dolor. En ese instante Silvia entra y acompaña a Andrés en el preciso instante en que Cecilia cierra los ojos. La joven y Andrés se abrazan entre lágrimas.

Voz en off: “En memoria de todas las víctimas de cáncer”

Escuchamos música…

María José – Cuando se ama

Porque cuando se ama de verdad
No importa la distancia, edad o la clase social
Lo único importante es besarse con sinceridad
Contigo es tan fácil la fidelidad
Cuando se ama de verdad, lo que digan los demás no importa nada
Recuerda que el corazón, como en nuestra habitación
Solamente el amor manda…

FIN




Capítulo 10: Brujería

CUANDO SE AMA DE VERDAD

CAPÍTULO 10: BRUJERÍA

AL DÍA SIGUIENTE
DEPARTAMENTO DE SILVIA

En el dormitorio, desnudos y abrazados entre las sábanas de la cama, Silvia y Andrés amanecen juntos tras haber pasado su primera noche de amor. Silvia despierta primero y le observa mientras duerme. La joven sonríe y le hace cosquillas en la nariz con un dedo para intentar que él despierte pero Andrés únicamente frunce el ceño sin darse cuenta de la broma. Silvia le da un beso en el pecho y sigue abrazada a él. En ese momento Andrés despierta y la ve a su lado. El chico le acaricia el cabello con ternura y…



Silvia: Buenos días mi amor. (Sonríe dulce)

Andrés: Buenos días… (Sonríe)

Silvia: Te amo.

Andrés: Y yo a ti. (Se besan)


MANSIÓN GARMENDIA

En el salón, sentadas a la mesa del comedor, doña Irene y Miranda conversan mientras se toman el desayuno, servidas por Faustina.



Miranda: Faustina, te dije que mantequilla no, que engorda. Haz el favor de ir a buscar la mermelada. (Con mal tono)

Faustina: Enseguida voy, señorita… lo siento…

Irene: Espera un momento Faustina, tengo un recado para ti. (Le da un sobre)

Faustina: Usted dirá señora.

Irene: Quiero que eches esta carta al correo. Son unos papeles muy importantes para Andrés.

Miranda: Eso, envíalo pronto para que le llegue mañana temprano.

Faustina: Disculpen la indiscreción… ¿Y no sería mejor que se lo entregaran ustedes personalmente? No sé…

Irene: ¡Haz lo que te digo y no preguntes, chismosa! (Enojada)

Faustina: Está bien, perdón… (Tomando el sobre se va a la cocina)

Miranda: Esta chacha cada día está mas contestona y altanera… Deberías pensar en echarla y buscar una mejor.

Irene: A mi tiene harta, siempre cotilleando detrás de las puertas y de metiche donde no la llaman. Un día de estos la pongo de patitas en la calle.

Mientras, en la cocina, Faustina abre el sobre…

Faustina: Lo sabía, las malditas fotos, que brujas y cochinas que son… por favor, hasta dónde son capaces de llegar… Sólo a doña Irene se le ocurre preparar semejante cosa. Pero ya van a ver. No pienso permitir que le arruinen la vida a ese pobre muchacho.

Justo en ese preciso instante Faustina rompe el sobre en pedazos y tira los papeles a la basura. El plan de Irene y Miranda acaba de ser truncado.


DEPARTAMENTO DE JAIME

En casa de Jaime, el pequeño Diego hace sus tareas de la escuela sentado a la mesa de la cocina. Mientras, su padre prepara el desayuno.



Diego: A mi cola-cao con galletas, papá.

Jaime: No tengo… sólo tomo café.

Diego: Anda que… vengo a pasar el fin de semana y no tienes cola-cao, que mal eh… (Regañándole)

Jaime: Encima con exigencias el señor Marqués, jajaja.

Diego: Jajaja. Anda, pues dame café entonces. Por una vez… (Se burla) Mami no se va a enterar.

Jaime: ¿Pero cómo crees que te voy a dar café? Si solo tienes 5 años, bruto. (Sonríe)

Diego: Qué más da… ni que te hubiera pedido una birra… (Sonríe) Anda, por fa… un cafelito de Colombia pa’ espabilar y hacer los deberes, anda…

Jaime: Jajaja, eres imposible, en serio. (Sonríe contento) Toma los cereales y calla, cafetalero.


DEPARTAMENTO DE SILVIA

En el cuarto de baño, en la ducha, Silvia y Andrés vuelven a hacer el amor apasionadamente tras la mampara de cristal. Andrés la carga contra la pared y ambos se aman una y otra vez, pero justo en ese momento alguien toca al timbre de la casa. En la ducha, Andrés se pone nervioso al escucharlo.



Andrés: ¡La puerta! ¡No puede ser…! Ahora no…

Silvia: Ay Diosito… espero no sea Jaime con Diego…

Andrés: ¿No dijiste que hasta el domingo por la noche no regresaban? Hoy es sábado.

Silvia: No sé, espera… (Intentando salir de la ducha)

Andrés: No seas mala, no me dejes así… (sonríe)

Silvia: ¿Así cómo? (Mirándole de arriba abajo)

Andrés: ¡Pues así! (Avergonzado)

Silvia: Jajajaja

Andres: No te vayas… (Abrazándola)

Él la besa de nuevo y ambos se abrazan en la ducha pero el timbre vuelve a sonar…

Silvia: Tengo que ir Andrés, por favor… (El chico sigue besándola el cuello, agarrándola el trasero)

Andrés: Deja que llamen, ya se cansaran…

Silvia: ¿Pero y si es importante? A lo mejor es mi amiga Merche o qué se yo… ¡O mi padre! ¡Peor! (Sale de la ducha y se pone una toalla)

Andrés: Mmm… (Resignado)

La joven sale del cuarto de baño y va hacia la puerta, al abrir no se espera la visita que va a recibir…



Miranda: Buenos días… (Seria)

Silvia: ¿Miranda? ¿Se puede saber que diablos haces tú aquí?

Miranda: Vine para hablar contigo… es importante. Mira mosquita muerta… sé que Andrés regresó hace poco de Estados Unidos y vine a advertirte que…

Pero en ese momento Andrés aparece tras de Silvia en toalla. Miranda se queda alucinada al encontrar a su exnovio en casa de su “hermanastra”. Silvia no sabe como reaccionar ante tal situación.

Andrés: Mi… Miranda… ¿Qué haces aquí? (Avergonzado)

Miranda: Esto es lo que faltaba… ¿Pero qué está pasando aquí? Eres un cerdo Andrés… ¡Son los dos un par de desgraciados! (Furiosa)

Silvia: Miranda, por favor no armes una escena… se van a enterar todos mis vecinos.

Miranda: ¡Qué se enteren! ¡Que sepa todo el mundo la clase de golfa que eres!

Andrés: No te permito que le hables así a Silvia… (Enojado)

Miranda: ¡Tú te callas! (Pegándole una fortísima bofetada al chico)

Silvia: Lárgate de mi casa Miranda, te lo advierto, o te vas o soy capaz de llamar a la policía.

Miranda: Zorra… esta me la van a pagar… (Se marcha bajando las escaleras a toda prisa)

Andrés: ¡Maldita sea! (Se va al dormitorio para vestirse rápidamente)

Silvia: Andrés, por favor no la sigas… déjala.

Andrés: Tengo que hablar con ella, si le cuenta esto a Irene no quiero ni imaginar lo que pueda pasar.

En la calle, Miranda sale del portal del edificio muy nerviosa y enojada. La joven se dirige hacia su coche, aparcado enfrente, al otro lado de la acera. Miranda se dispone a cruzar la calle pero con los nervios cruza sin mirar justo en el momento en que un coche se le viene encima. Escuchamos música incidental. El auto se la lleva por delante varios metros y la lanza contra la acera. El atropello es brutal, el cuerpo de Miranda sale despedido por el fuerte impacto.

Andrés sale del portal y ve a su ex novia tendida en la acera, muy golpeada y en un charco de sangre. La gente se arremolina alrededor de Miranda para enterarse de lo sucedido. Andrés no puede creerse lo que acaba de ver. En ese instante suena su teléfono móvil. El chico toma la llamada y…

Silvia: ¿Andrés?

Andrés: ¡Baja Silvia, baja ahora mismo por favor! ¡Miranda fue atropellada por un coche! (Nervioso)

Silvia: ¿Qué? Ay Dios mío, no puede ser… (Angustiada corta la llamada)


MANSIÓN SAN MARTÍN

En el salón, doña Cecilia y su hija Yesenia conversan…



Yesenia: ¿Y cuando tienes la primera revisión mamá?

Cecilia: Dentro de tres meses tengo que regresar a Houston a chequearme. Luego si todo va bien, pues ya sería sólamente una vez al año para revisión.

Yesenia: Ojala todo salga bien… (Sonríe)


HOSPITAL “MARQUÉS DE VALDECILLA”

En la sala de espera del área de urgencias, Silvia y Andrés se muestran impacientes, preocupados por la salud de Miranda. La joven está muy grave.



Silvia: Andrés, qué vamos a hacer… Ay por favor, esto parece una pesadilla, no puede ser verdad… (Llorando)

Andrés: Maldita sea, a qué fue a tu casa… Si yo no hubiera salido del dormitorio, nada de esto habría pasado… ¡Dios!

Silvia: No es tu culpa Andrés, no es culpa de nadie… por favor, mi amor… (Abrazándolo, Andrés llora deshecho)

Andrés: Te quiero, no me dejes sólo por favor… (Llorando)

Silvia: Sé que aunque Miranda tiene sus cosas, no es mala chica, estoy segura de que no…

Andrés: Ella fue mi primera novia Silvia… No se puede morir… no así…

Silvia: Lo sé, ójala se ponga bien… Es lo que más deseo, es mi hermana, aun así como estamos no le deseo ningún mal. Las dos somos hijas del mismo hombre.

Andrés: Lo sé… Te amo… (Abrazados, se besan) Te quiero Silvia, nunca lo olvides, pase lo que pase, te amo, te amo… (Se besan)

Pero en ese momento doña Irene irrumpe en la sala de espera y los encuentra abrazados.



Irene: ¡Sinvergüenzas! ¡Descarados! Por vuestra culpa mi hija está entre la vida y la muerte. (Mirando a Silvia) ¡Te juro por Dios que como le pase algo a Miranda…! ¡No respondo, maldita perra bastarda! (Furiosa)

La villana se acerca a Silvia para sacudirla pero Andrés se interpone en medio.

Andrés: ¡Basta! Fue un accidente, no fue culpa de nadie. Miranda nos encontró en casa de Silvia y…

Irene: Eres un desgraciado… un miserable pero esto no se va a quedar así. Mientras vosotros se la pasan de lo lindo, mi hija está muy grave. Acabo de hablar con los médicos.

Silvia: Por favor doña Irene, tiene que darse cuenta de que no es nuestra culpa. Miranda se presentó en mi casa y al vernos se marchó enfadada, no pensamos que fuera a pasar algo así.

Irene: ¡Pero ocurrió! Mira estúpida, cómo le pase algo a mi hija no voy a parar hasta acabar contigo, contigo y con este maldito asesino.

Andrés: ¡Yo no soy un asesino! No he matado a nadie, deje de decir bobadas. Ya está bien.

Silvia: Mi amor baja la voz por favor, estamos en un hospital. Nos van a llamar la atención.

Andrés: Es que ya no puedo más, todo lo que le pasa a Miranda es culpa mía. Todo. ¿También el embarazo fingido fue culpa mía, Irene? ¿Eso también? (Desafiante)

Irene: Si no te hubieras enredado con esta zorra nada de esto habría pasado. Mi hija cometió un error, sí, pero lo hizo porque te amaba, te ama… Pero tú no te la mereces.

Andrés: No pienso discutir más con usted, ahora lo único que importa es que Miranda se recupere y salga bien de esto.

Un doctor del área de urgencias se les acerca repentinamente…

Doctor: ¿Son ustedes familiares de Miranda Garmendia?

Irene: Sí, soy su madre, Irene Blasco de Garmendia. ¿Cómo está mi hija doctor? ¿Cómo está Miranda?

Doctor: Lo siento señora… su hija… acaba de fallecer.

Irene: ¿Quéee? (Alucinada, rota de dolor)

Andrés: No, eso no puede ser… no… ¡Nooooo!

Silvia: ¿Miranda murió? No, por Dios… Andrés… ¡Andrés! (Se abrazan llorando)

Mientras, doña Irene intenta contener el llanto, es una mujer dura, de carácter, fría. Su procesión va por dentro. Es incapaz de llorar a pesar de sentirse destrozada interiormente. Irene no es capaz de articular palabra. Sus ojos enrojecen sin que de ellos surja lágrima alguna. La villana se acerca a Andrés y a Silvia nuevamente…

Irene: Escúchenme bien… (Desafiante) Juro por la memoria de mi hija que no voy a parar hasta destruirlos a los dos. ¿ME HAN OÍDO? ¡LO JURO! (Furiosa, se marcha)

Escuchamos música incidental.


MESES DESPUÉS…

MANSIÓN SAN MARTÍN

En el comedor, toda la familia San Martín almuerza en compañía de Silvia, Diego y don Eduardo, a quienes han invitado para conocerse entre todos ahora que Silvia y Andrés son pareja oficialmente. Sentados a la mesa todos charlan animadamente.




Cecilia: Es un gusto para nosotros el tenerte aquí Silvia. Mi hijo me ha hablado maravillas de ti.

Silvia: Muchas gracias señora, me alegro de verla tan bien. (Sonríe)

Andrés: Mamá, Silvia es la mujer de mi vida. Es con quien quiero pasar el resto de mis días.

Roberto: Mi cuñado está enamorado, jejeje.

Yesenia: Ay cuanta miel… ¡Que se besen, que se besen!

Carlos: Jajaja, Andrés es muy tímido.

Eduardo: Vamos no sean tímidos, chicos.

Diego: Eso mamá, beso, beso, beso… (Sonríe)

Silvia: No…. No sean malos… (Avergonzada)

Andrés: Vamos mi amor, no podemos defraudar al público…

El chico se le acerca y la pareja se funde en un romántico y apasionado beso en medio de los allí presentes.

Diego: ¡Vivaaa! ¡Se han “besao”, esoooo¡ ¡Jajajaja!

Todos: ¡jajajaja!

Mientras, Andrés y Silvia se miran a los ojos con amor y ternura, ambos sonríen felices.


MANSIÓN GARMENDIA

En una oscura y tenebrosa habitación del piso de arriba, doña Irene practica brujería en la soledad de la habitación. La maquiavélica villana toma una foto de su hermana Elena, fallecida hace muchos años cuando era joven, para cometer su conjuro.

Irene: Andrés va a llorar lágrimas de sangre… Cecilia morirá en menos de un año, su enfermedad volverá hasta acabar con ella y destruirla. Son todos son unos traidores… tú por engañar a mi hija y provocar su muerte. Silvia por bastarda y malnacida… engendro del pecado. Y tú… Cecilia… por haberme engañado durante 20 años… Pero hoy todos van a pagar… Que el infierno sea su destino… ¡Que los astros me iluminen! Que Cecilia muera de cáncer tras meses de dolor, y su hijo la acompañe… Deseo que Andrés y su madre paguen por todo lo que me han hecho, en esta y en la otra vida. Esa será mi venganza, hija… nuestra venganza. (Pensando en Miranda).

Irene acerca la foto de su hermana a la llama de una vela mientras habla consigo misma.




UN AÑO DESPUÉS…

HOUSTON, ESTADOS UNIDOS
CLÍNICA ANDERSON

En una consulta del famoso hospital norteamericano, uno de los médicos conversa con Cecilia y Andrés.



Doctor: Bueno pues los resultados de los últimos análisis no han sido como esperábamos…

Andrés: ¿Ocurre algo doctor? ¿Qué pasa?

Doctor: Los marcadores tumorales han vuelto a dar positivo, la enfermedad está reapareciendo.

Cecilia: ¿Qué? No… no puede ser… (Nerviosa mirando a Andrés, ambos se toman de la mano)

Andres: Tranquila mamá… por favor…

Cecilia: Otra vez no… no por Dios… no quiero volver a vivir el mismo infierno… (Se le saltan las lágrimas)

Doctor: Lo siento pero creo que es mejor que iniciemos la quimio cuanto antes, ya les había comentado que esto podría suceder. Existen casos en que el cáncer vuelve y hay que seguir la lucha.

Andrés: Voy a llamar a Yesenia a España… (Tomando su teléfono móvil)


SANTANDER, ESPAÑA
MANSIÓN GARMENDIA

Doña Irene vuelve a practicar brujería en la oscuridad de la misma tenebrosa habitación, decorada con motivos diabólicos, calaveras, velas negras e imágenes satánicas. La villana siempre fue fiel a sus creencias y piensa que esta es la única forma de acabar con los San Martín. Sentada junto a una mesa, presidida por una gran vela blanca, Irene clava varias agujas en un muñeco. La perversa mujer realiza vudú a Cecilia.



Irene: Cada una de estas agujas simboliza el dolor que vas a sufrir hasta el día de tu muerte… Cecilia…

Justo en ese instante, Faustina abre la puerta y la descubre por sorpresa. Irene se queda petrificada al verse descubierta.



Faustina: No puedo creerlo… (Alucinada) ¿Qué es lo que está haciendo? (Asustada)

Irene: ¿Se puede saber que haces aquí? ¡Fuera! (Nerviosa)

Faustina: Nunca en mi vida me imagine que su maldad llegara a tanto, es usted una bruja, una auténtica bruja… (Saliendo de la habitación)

Pero la villana la alcanza en el pasillo y la enfrenta para impedir que cuente lo sucedido.

Irene: Eres una metiche Faustina, ¿Desde cuando escuchas detrás de las puertas, maldita chismosa? (Enojada)

Faustina: Es usted peor de lo que yo me imaginaba, jamás en mi vida he conocido una persona tan baja y tan miserable… ¡Haciendo magia negra a la pobre señora Cecilia! ¡No puedo creerlo!

Irene: Esa malnacida me las va a pagar todas juntas… y no voy a parar hasta acabar con ella. Ni tú ni nadie lo va impedir. ¿Me entendiste?

Faustina: No, señora Irene, esto no se va a quedar así. Ahora mismo voy a hablar con el exnovio de la señorita Miranda y se va enterar de todas las marramuncias que le está haciendo a esa pobre familia.

Irene: Tú no vas a abrir la boca Faustina, porque te juro que… (Furiosa)

Faustina: ¿Qué qué? ¿QUÉEE? (Desafiante) No la tengo ningún miedo, llevo años soportando sus humillaciones y sus malos tratos pero se acabó. Esta es la gota que colma el vaso. Sé que ustedes planearon un montaje con unas fotos de esa muchacha pero yo rompí aquel sobre. ¡Fui yo! (Desafiante)

Irene: Traidora… desgraciada… Lo sabía. Más vale que cierres el pico vieja cacatúa. Ni te atrevas a hablar con él, porque de lo contrario no respondo… Estás advertida.

Faustina: ¿Me está amenazando?

Irene: Tómalo como te dé la gana. (Con mucha soberbia) Sólo eres una muerta de hambre, una analfabeta sin educación. ¿Qué crees, que Andrés te va a creer esos cuentos y supercherías de tu pueblo colombiano? (Burlándose)

Faustina: Usted hace magia negra, brujería, vudú… y eso no son cuentos, es la pura realidad. Lo vi en mi tierra. Acabo de presenciarlo ahora con mis propios ojos.

Irene: Estás completamente loca…

Faustina: Aquí la única loca que hay es usted. Y por supuesto que se lo voy a contar, el joven Andrés tiene que saber la clase de víbora que es su suegra. !Ahorita mismo se lo voy a decir! (Voltea para irse pero Irene la toma del brazo)

Irene: Tú no vas a ir para ninguna parte, estúpida... !Antes te mato! ¿Me oyes? !TE MATO! (Desafiante, apretándole el brazo con fuerza)

Faustina: !Suélteme! (Se suelta para irse) ¡Bruja!

Irene: !CÁLLATE! (Furiosa. Pegándola una fortísima cachetada) Voy a acabar contigo… (Agarrándola del cuello, ambas forcejean)

En ese momento doña Irene empuja a Faustina por las escaleras. La criada cae rodando brutalmente en una caída espectacular. Escuchamos música incidental. Faustina se va dando varios golpes y finalmente se esnuca de forma violenta contra uno de los peldaños. La pobre mujer muere en el acto.



CONTINUARÁ
Quedan 2 capítulos para el final

viernes, 25 de enero de 2013

Capítulo 9: El reencuentro

CUANDO SE AMA DE VERDAD

CAPÍTULO 9: EL REENCUENTRO

DEPARTAMENTO DE SILVIA

En el salón de la casa, la joven conversa con Jaime, su ex, en compañía de don Eduardo.



Silvia: Espero que esta vez hagas las cosas bien… Más te vale.

Jaime: Confía en mí, Silvia, por favor. Te prometo que estoy arrepentido de mi error.

Eduardo: Mira Jaime, vamos a ser claros, como padre de Diego que eres tienes unos derechos pero también unas obligaciones. El abogado fue bien claro cuando habló contigo.

Jaime: Lo sé, y voy a tratar de hacer lo posible para hacerme cargo de mi hijo en todo lo que necesite.

Silvia: Pero una cosa te digo Jaime… no insistas en querer volver conmigo. Lo nuestro fue y terminó. Espero no tener que volver a repetirlo. ¿Te queda claro?

Jaime: ¿Acaso estás con alguien más?

Eduardo: Y si lo estuviera no es asunto tuyo, Jaime. No quiero ser grosero pero es que…

Silvia: A ver… hay alguien, sí, pero es un buen amigo nada más. El tiempo dirá, por eso te digo que no insistas porque yo ya pasé página. Tú deberías hacer lo mismo.

Jaime: Está bien… supongo que no me queda de otra… (Resignado)

Silvia: Si quieres que nos llevemos bien por el niño, por mi perfecto pero como pareja ya no. Lo siento.

Jaime: Bueno pues, el fin de semana que viene ¿Puedo llevarle conmigo a mi casa?

Eduardo: Si cumples con los horarios que te dijimos sí, y ni se te ocurra sacarlo de la ciudad porque te recuerdo que tienes antecedentes ahora.

Silvia: Quiero confiar en ti, eres el padre de mi hijo y él tiene derecho a estar contigo. Pero por favor, haz las cosas como deben ser, con madurez. Que ya tienes 37 años, deberías pensar en sentar la cabeza.

Jaime: Por ahora estoy bien sólo, Silvia. Creo que será mejor estar así. No quiero enamorarme de nuevo.

Silvia: Seguro por ahí hay alguna chica para ti, hombre. No seas pesimista. Date tiempo, verás como cuando menos lo esperes un día me dices que has podido rehacer tu vida.

Jaime: Entonces… ¿Amigos? (Sonríe)

Silvia: Amigos… (Seria)

Jaime: Te prometo que no te vas a arrepentir. De verdad.

En ese momento aparece el pequeño Diego en el salón a la carrera.

Diego: ¡Papá! ¡Ya estoy listo! ¿Nos vamos al parque?

Jaime: Claro, tu abuelo también viene con nosotros.

Eduardo: Vamos a jugar al futbol. ¿Qué te parece?

Diego: Super guay, que pena que no esté Andrés aquí, haríamos buen equipo los cuatro juntos.

Jaime: ¿Quién es Andrés?

Silvia: El amigo de quién te hable. Diego ya le conoce.

Jaime: Ahm…

Silvia: Andrés es un buen hombre Jaime, él adora al niño y Diego también a él.

Jaime: Espero poder conocerlo algún día, si tú quieres, claro.

Silvia: Por supuesto. Quiero que le conozcas y es más, en cuanto regrese de Estados Unidos le diré que venga un día a cenar y así se conocen. ¿Te parece?

Jaime: Perfecto… Bueno pues vámonos, que se nos hace tarde.

Diego: ¡A jugar! Dale abuelito, coge el balón. Esta tarde te voy a meter diez goles, ya vas a ver.

Eduardo: Que más quisieras renacuajo jajaja.

Jaime: Jajajaja

Diego: Sí, sí renacuajo. Ya verás ya, jajaja.


MANSIÓN GARMENDIA

En el despacho de doña Irene, la villana conversa con su hija Miranda.



Miranda: Tenemos que hacer algo, mamá. Andrés regresará en un mes de Houston y seguro va a verse de nuevo con esa estúpida de Silvia.

Irene: No te preocupes que tengo un plan para acabar con esa mosquita muerta.

Miranda: ¿Qué piensas hacer? Mira que te temo… miedo me das.

Irene: Tranquila, no la voy a matar, sólo la vamos a dar un susto que se le van a quitar las ganas de andar detrás de hombres ajenos a esa marginal.

Miranda: Quiero que esa desgraciada muerda el polvo. Hay que alejarla de Andrés como sea, como sea mamá. No me importa lo que tengas que hacer para lograrlo pero esa enfermerucha de tres al cuarto no va a quedarse con mi novio.

Irene: Paciencia Miranda, paciencia, todo a su debido tiempo. (Sonríe con malicia)


MANSIÓN SAN MARTÍN

En la cocina, Yesenia y su novio Roberto charlan sobre doña Cecilia. Roberto se toma una cerveza mientras habla con la joven.



Yesenia: En un mes estarán de vuelta a España, ya tengo ganas de ver a mi mamá.

Roberto: Me alegro que todo fuera bien por allá, al final tu hermano tenía razón.

Yesenia: Bueno, al menos hemos conseguido algo, esperemos que todo siga igual que hasta ahora.

Roberto: ¿Por cierto y Carlos? ¿Sabes algo de él?

Yesenia: Nada, hace meses que no le veo, no ha vuelto por casa la verdad. Imagino tiene mucho trabajo en la empresa ahora que Andrés no está.


DÍAS DESPUÉS

CAFETERÍA “LIVERPOOL”

Sentados a una de las mesas, Merche y Jaime charlan mientras se toman sendos cafés con leche. La chica ha citado a Jaime para confesarle su secreto. ¿Se atreverá a decirle la verdad?



Jaime: No esperaba tu invitación, si te soy sincero me tomaste por sorpresa.

Merche: Es que no sabia como hacer para verte, porque lo que te tengo que decir es importante.

Jaime: ¿Qué pasa Merche? ¿Está Silvia bien, mi hijo?

Merche: Ellos están perfectamente, no te preocupes. Es sobre mi… sobre mi y sobre… ti.

Jaime: ¿Sobre mí? No entiendo nada.

Merche: Desde hace tiempo que llevo ocultando algo que no se como te va a sentar. Silvia me dijo que no te dijera nada pero creo que lo mejor es que lo sepas.

Jaime: ¿Saber el qué? Perdona pero no me entero de nada, Merche.

Merche: En estos años que hemos mantenido contacto, cuando estabas a temporadas acá, cuando vivías en Barcelona, pues te he tomado mucho cariño.

Jaime: Yo también a ti, sabes que somos buenos amigos. ¿O no?

Merche: Sí, lo sé pero es que…

Jaime: ¿Qué ocurre Merche? ¿Estás bien?

Merche: Es que no sé como decirte esto. Tengo miedo a tu reacción.

Jaime: ¿Por qué dices eso?

Merche: El caso es que… ay Jaime… (Avergonzada)

Jaime: Dímelo, por favor, me estás asustando.

Merche: Estoy enamorada de ti.

Jaime: ¿Qué? ¿En serio? (Sorprendido)

Merche: Por favor no digas nada, lo siento soy una tonta pero debía confesarte la verdad, ya no puedo más… (Triste) Seguro pensarás que estoy loca…

Jaime: No, claro que no, sólo que no me lo esperaba. Nunca imagine que tú… que yo… Bueno…

Merche: No importa, no te preocupes, sé que no sientes lo mismo por mí pero ya no podía guardar más un sentimiento que no puedo controlar, perdóname por favor.

Jaime: Merche… (Tomándola de las manos)

Merche: Jaime… (Se le saltan las lágrimas)

Jaime: Ojala pudiera corresponder a esos sentimientos tan bonitos que dices tener por mi pero yo sólo te veo como una buena amiga.

Merche: ¿No te gusto verdad?

Jaime: Eres una mujer preciosa, Merche, no es eso. Es que… bueno yo sigo sintiendo cosas por Silvia. Necesito tiempo para aclarar mis sentimientos y saber qué quiero hacer con mi vida.

Merche: ¿Eso quiere decir que tal vez…?

Jaime: No lo sé, dame tiempo, por favor. Lo que no quiero es que dejemos de ser amigos por esto. Tú has sido un gran apoyo en estos años desde que rompí con Silvia.

Merche: Gracias.

Jaime: Pero quiero que sepas que daría lo que fuera por poder corresponderte en este momento.

Ella, emocionada, sonríe dulce, mientras él responde a la sonrisa.


UN MES MÁS TARDE…

MANSIÓN SAN MARTÍN

Andrés y su madre doña Cecilia llegan a la casa, tras haber pasado una larga temporada en Houston. Al entrar en la mansión, en el salón les están esperando Yesenia, Roberto y Carlos.



Yesenia: ¡Sorpresa! (Sonríe)

Cecilia: ¡Hija! ¡Cariño! (Se abrazan emocionadas)

Roberto: ¿Qué tal Andrés, doña Cecilia? ¿Cómo les fue el viaje?

Andrés: Bien Roberto, un poco pesado el vuelo pero bien.

Carlos: Andrés, qué gusto verte de nuevo. ¿Qué tal todo por allá?

Andrés: Bien, mi mamá se encuentra mucho mejor. En tres meses debemos volver para una revisión pero parece ser que el cáncer remitió.

Cecilia: Estoy más contenta, que gusto veros a todos juntos nada más llegar.

Roberto: ¿Les parece si vamos al comedor?

Yesenia: Eso, la comida ya está casi lista. La hice yo. (Sonríe)

Carlos: Seguro habrá que tirarlo y pedir unas pizzas… (Burlándose)

Andrés: O comida china… peor…

Yesenia: Jajaja, que bobos son de verdad, pues aquí donde me ven, menuda chef estoy hecha. ¿Verdad Rober?

Roberto: No mientas si se te quema hasta el agua…

Todos: Jajajajjaja


MANSIÓN GARMENDIA

En el salón, doña Irene y Miranda planean destruir a Silvia, pero Faustina lo escucha todo tras la puerta de la cocina.



Irene: Con esto la vamos a hundir… jajaja. (Enseñándole a Miranda unas fotos)

Miranda: ¿Cómo conseguiste este montaje?

Irene: Una que tiene sus contactos hija, no preguntes, pero el trabajo quedó perfecto. Cualquiera se lo creería.

Miranda: ¿Así que Silvia fue actriz porno, vaya, vaya…?

Irene: Jajajaja, cuando Andrés la vea en estas fotos no va a querer saber más de ella nunca en su vida.

Miranda: Eso espero… ¿Se las vas a enviar a su casa?

Irene: Sí, en un sobre anónimo. Nosotras como si no supiéramos nada. ¿Entendiste?

Miranda: Genial…. Ya quiero ver la cara de esa golfa cuando le llore a Andrés negando su pasado de libertinaje y prostitución… (Sonríe)

Irene: Ay pobrecita… encima de hija bastarda, resultó ser mujer de la vida alegre… (Burlándose)

Miranda: Jajajajjaja. Esa mugrosa me las va a pagar.


DEPARTAMENTO DE SILVIA

Andrés llega a casa de su amiga y toca al timbre, nadie responde… Andrés insiste y espera. Dentro del apartamento, Silvia sale de la ducha con una toalla al cuerpo. La chica se acerca a la puerta.



Silvia: ¿Sí? ¿Quién es?

Andrés: Soy yo, Silvia, Andrés.

Silvia: ¿Andrés? Ay… espera, espera… es que… no te puedo abrir ahora, no estoy visible.

Andrés: ¿Qué a poco estás desnuda? Mentirosa, es que no quieres abrirme… (Burlándose)

Silvia: No, tonto, es que acabo de salir de la ducha y… espera un momento.

La joven corre a su cuarto y se ponen un albornoz, dejando la toalla en la bañera. Silvia se apresura a abrir la puerta de casa.

Andrés: Hola (Sonríe, mirándola de arriba abajo)

Silvia: Ay no me mires así, que no te esperaba… (Avergonzada)

Andrés: ¿Qué no me vas a dar un beso de amigo?

Silvia: Están caros los besos… (Se burla y sonríe dulce) Anda… (Se besan en las mejillas)

Andrés: Bueno vengo a verte y te encuentro ya preparada… vaya, vaya… (Se burla)

Silvia: Jajajaja. Eres imposible, eh. Ya no me digas nada, que me da vergüenza. Podrías haber avisado de que venías.

Andrés: No te preocupes. Todo bien. No si no digo nada, me encanta el recibimiento, jajaja.

Silvia: Jajaja, tonto… (Apenada) Pasa anda, dame un minuto y me cambio ¿Sí? Lo siento.

Andrés: ¿Y Diego? Qué raro que no me haya abierto él si parece tu portero oficial. (Sonríe)

Silvia: Diego está con su padre, Andrés. Jaime y yo nos arreglamos un poco y el niño está pasando el fin de semana con él en su apartamento.

Andrés: ¿En serio? Qué bueno, me alegro que al final las cosas vayan mejorando. Te lo dije y no querías hacerme caso.

Silvia: Lo sé, si tienes razón. Oye, pero no esperaba que llegaras tan pronto de Houston. ¿Qué tal tu mamá?

Andrés: Es que el tratamiento ya terminó. La operaron y la nueva quimio le sentó bien, así que le dieron el alta y llegamos ayer a España. Ha sido muy costoso pero bueno ha merecido la pena.

Silvia: Me alegro mucho, de verdad que sí. ¿Quieres un café o algo? Te lo traigo y me cambio mientras…

Andrés: No hace falta, si estás muy bien así… que digo bien…

Silvia: Jajajaja, ya, no seas malo…

Andrés: Silvia, en este tiempo que estuve en Estados Unidos te eché mucho de menos. Estaba deseando volver a verte.

Silvia: Y yo a ti también. Siempre pensaba en ti al acostarme, no ha habido día que no te recordara.

Andrés: Ni yo a ti. (Sonríe)

Silvia: Sé que quedamos en que sólo seríamos amigos pero el caso es que…

Andrés: Que yo siento algo más por ti que una simple amistad, Silvia.

Silvia: ¿De verdad? (Sonríe)

Andrés: Sí, en serio. Desde que rompí con Miranda me di cuenta de que sólo hay una mujer especial en mi vida, la mujer con quién quiero pasar el resto de mis días. Y esa mujer eres tú.

Silvia: Andrés… (Avergonzada)

Andrés: No digas nada, sé que tal vez tu no sientes lo mismo pero…

Silvia: Tchisttt… (Le pone un dedo en los labios)

En ese momento la joven se acerca más a él y le acaricia el rostro con su mano derecha.

Andrés: Te quiero Silvia.

Silvia: Y yo a ti… (Se besan)

Escuchamos música, mientras la pareja se besa en el salón de la casa. Abrazados y dejándose llevar por su amor. Andrés y Silvia se comen la boca a besos cada vez más y más intensos…

María José – Cuando se ama

Porque cuando se ama de verdad
No importa la distancia, edad o la clase social
Lo único importante es besarse con sinceridad
Contigo es tan fácil la fidelidad
Cuando se ama de verdad, lo que digan los demás no importa nada
Recuerda que en el corazón, como en nuestra habitación
Solamente el amor manda…


DEPARTAMENTO DE JAIME

Jaime y su hijo Diego juegan en el salón a un video juego en la pantalla de la televisión.



Diego: ¡Te gané papá! ¡Eres un manta! Jajajaja

Jaime: Jajaja. Ya veo que estás muy puesto en estos juegos. Quiero la revancha.

Diego: ¿Apostamos algo?

Jaime: Mmmm… Ya sé, si gano tu friegas los platos de la cena.

Diego: Ni hablar… (Enojado)

Jaime: Jajaja. (Le abraza y le besa en la frente)

Diego: Te quiero papá

Jaime: Y yo a ti, hijo. (Sonríe feliz)



DEPARTAMENTO DE SILVIA

En el salón de la casa, Silvia y Andrés siguen besándose, Andrés abre el albornoz de la joven con sus manos lentamente. Ella le desabotona la camisa, mientras continúan inmersos en su pasión, en sus besos, en sus caricias. Andrés deja caer el albornoz de la chica al suelo. Silvia le abre la camisa y comienza a recorrer su pecho con su boca. La joven le desabrocha el cinturón. Andrés la empuja hacia el dormitorio sin dejar de besarla un segundo.



Silvia cae en la cama desnuda, y él sobre ella, ya sin el pantalón. La pareja se besa, se abraza, se deja llevar por el amor que sienten uno por el otro. Andrés recorre el cuerpo de su chica a besos, sus labios, su cuello…. El chico empieza a apoderarse de sus senos, con sus manos, con su boca, chupándolos más y más. Silvia no puede resistirse a él y le abraza, recorre su espalda con sus manos, su trasero. La joven y Andrés y se miran a los ojos, en la penumbra de esa habitación.

Silvia: Te amo Andrés…

Andrés: Y yo a ti, te quiero, te quiero… (Se besan)

Silvia: Quiero ser tuya, quiero que me hagas el amor por favor…

Andrés: Te deseo, me vuelves loco… (Besándola sin descanso, mamando sus pechos una y otra vez)

Justo en ese instante Andrés comienza a hacerle el amor, entrando en Silvia lentamente primero para después aumentar el ritmo paulatinamente… Los dos se aman en esa cama hasta perder la noción del tiempo. Silvia y Andrés se entregan en cuerpo y alma esa noche…

Escuchamos música

María José – Cuando se ama

Yo a ti te amo de verdad, lo que digan los demás no importa nada
Recuerda que el corazón, como en nuestra habitación
Solamente el amor manda… manda…

CONTINUARÁ
Quedan 3 capítulos para el final.