CUANDO SE AMA DE VERDAD
CAPÍTULO 10: BRUJERÍA
AL DÍA
SIGUIENTE
DEPARTAMENTO DE SILVIA
En el dormitorio, desnudos y
abrazados entre las sábanas de la cama, Silvia y Andrés amanecen juntos tras
haber pasado su primera noche de amor. Silvia despierta primero y le observa
mientras duerme. La joven sonríe y le hace cosquillas en la nariz con un dedo
para intentar que él despierte pero Andrés únicamente frunce el ceño sin darse
cuenta de la broma. Silvia le da un beso en el pecho y sigue abrazada a él. En
ese momento Andrés despierta y la ve a su lado. El chico le acaricia el cabello
con ternura y…
Silvia:
Buenos días mi amor. (Sonríe dulce)
Andrés: Buenos días…
(Sonríe)
Silvia: Te amo.
Andrés: Y yo a ti. (Se
besan)
MANSIÓN GARMENDIA
En el salón, sentadas a la mesa del
comedor, doña Irene y Miranda conversan mientras se toman el desayuno, servidas
por Faustina.
Miranda:
Faustina, te dije que mantequilla no, que engorda. Haz el favor de ir a buscar
la mermelada. (Con mal tono)
Faustina: Enseguida voy, señorita… lo
siento…
Irene: Espera un momento Faustina, tengo un recado para ti. (Le
da un sobre)
Faustina: Usted dirá señora.
Irene: Quiero que eches
esta carta al correo. Son unos papeles muy importantes para
Andrés.
Miranda: Eso, envíalo pronto para que le llegue mañana
temprano.
Faustina: Disculpen la indiscreción… ¿Y no sería mejor que se
lo entregaran ustedes personalmente? No sé…
Irene: ¡Haz lo que te digo y
no preguntes, chismosa! (Enojada)
Faustina: Está bien, perdón… (Tomando
el sobre se va a la cocina)
Miranda: Esta chacha cada día está mas
contestona y altanera… Deberías pensar en echarla y buscar una mejor.
Irene: A mi tiene harta, siempre cotilleando detrás de las puertas y de
metiche donde no la llaman. Un día de estos la pongo de patitas en la
calle.
Mientras, en la cocina, Faustina abre el sobre…
Faustina:
Lo sabía, las malditas fotos, que brujas y cochinas que son… por favor, hasta
dónde son capaces de llegar… Sólo a doña Irene se le ocurre preparar semejante
cosa. Pero ya van a ver. No pienso permitir que le arruinen la vida a ese pobre
muchacho.
Justo en ese preciso instante Faustina rompe el sobre en
pedazos y tira los papeles a la basura. El plan de Irene y Miranda acaba de ser
truncado.
DEPARTAMENTO DE JAIME
En casa de Jaime, el pequeño
Diego hace sus tareas de la escuela sentado a la mesa de la cocina. Mientras, su
padre prepara el desayuno.
Diego:
A mi cola-cao con galletas, papá.
Jaime: No tengo… sólo tomo
café.
Diego: Anda que… vengo a pasar el fin de semana y no tienes
cola-cao, que mal eh… (Regañándole)
Jaime: Encima con exigencias el señor
Marqués, jajaja.
Diego: Jajaja. Anda, pues dame café entonces. Por una
vez… (Se burla) Mami no se va a enterar.
Jaime: ¿Pero cómo crees que te
voy a dar café? Si solo tienes 5 años, bruto. (Sonríe)
Diego: Qué más da…
ni que te hubiera pedido una birra… (Sonríe) Anda, por fa… un cafelito de
Colombia pa’ espabilar y hacer los deberes, anda…
Jaime: Jajaja, eres
imposible, en serio. (Sonríe contento) Toma los cereales y calla,
cafetalero.
DEPARTAMENTO DE SILVIA
En el cuarto de baño, en la
ducha, Silvia y Andrés vuelven a hacer el amor apasionadamente tras la mampara
de cristal. Andrés la carga contra la pared y ambos se aman una y otra vez, pero
justo en ese momento alguien toca al timbre de la casa. En la ducha, Andrés se
pone nervioso al escucharlo.
Andrés:
¡La puerta! ¡No puede ser…! Ahora no…
Silvia: Ay Diosito… espero no sea
Jaime con Diego…
Andrés: ¿No dijiste que hasta el domingo por la noche no
regresaban? Hoy es sábado.
Silvia: No sé, espera… (Intentando salir de la
ducha)
Andrés: No seas mala, no me dejes así… (sonríe)
Silvia:
¿Así cómo? (Mirándole de arriba abajo)
Andrés: ¡Pues así!
(Avergonzado)
Silvia: Jajajaja
Andres: No te vayas…
(Abrazándola)
Él la besa de nuevo y ambos se abrazan en la ducha pero el
timbre vuelve a sonar…
Silvia: Tengo que ir Andrés, por favor… (El chico
sigue besándola el cuello, agarrándola el trasero)
Andrés: Deja que
llamen, ya se cansaran…
Silvia: ¿Pero y si es importante? A lo mejor es
mi amiga Merche o qué se yo… ¡O mi padre! ¡Peor! (Sale de la ducha y se pone una
toalla)
Andrés: Mmm… (Resignado)
La joven sale del cuarto de baño
y va hacia la puerta, al abrir no se espera la visita que va a
recibir…
Miranda:
Buenos días… (Seria)
Silvia: ¿Miranda? ¿Se puede saber que diablos haces
tú aquí?
Miranda: Vine para hablar contigo… es importante. Mira mosquita
muerta… sé que Andrés regresó hace poco de Estados Unidos y vine a advertirte
que…
Pero en ese momento Andrés aparece tras de Silvia en toalla. Miranda
se queda alucinada al encontrar a su exnovio en casa de su “hermanastra”. Silvia
no sabe como reaccionar ante tal situación.
Andrés: Mi… Miranda… ¿Qué
haces aquí? (Avergonzado)
Miranda: Esto es lo que faltaba… ¿Pero qué está
pasando aquí? Eres un cerdo Andrés… ¡Son los dos un par de desgraciados!
(Furiosa)
Silvia: Miranda, por favor no armes una escena… se van a
enterar todos mis vecinos.
Miranda: ¡Qué se enteren! ¡Que sepa todo el
mundo la clase de golfa que eres!
Andrés: No te permito que le hables
así a Silvia… (Enojado)
Miranda: ¡Tú te callas! (Pegándole una fortísima
bofetada al chico)
Silvia: Lárgate de mi casa Miranda, te lo advierto, o
te vas o soy capaz de llamar a la policía.
Miranda: Zorra… esta me la van
a pagar… (Se marcha bajando las escaleras a toda prisa)
Andrés: ¡Maldita
sea! (Se va al dormitorio para vestirse rápidamente)
Silvia: Andrés, por
favor no la sigas… déjala.
Andrés: Tengo que hablar con ella, si le
cuenta esto a Irene no quiero ni imaginar lo que pueda pasar.
En la
calle, Miranda sale del portal del edificio muy nerviosa y enojada. La joven se
dirige hacia su coche, aparcado enfrente, al otro lado de la acera. Miranda se
dispone a cruzar la calle pero con los nervios cruza sin mirar justo en el
momento en que un coche se le viene encima. Escuchamos música incidental. El
auto se la lleva por delante varios metros y la lanza contra la acera. El
atropello es brutal, el cuerpo de Miranda sale despedido por el fuerte
impacto.
Andrés sale del portal y ve a su ex novia tendida en la acera,
muy golpeada y en un charco de sangre. La gente se arremolina alrededor de
Miranda para enterarse de lo sucedido. Andrés no puede creerse lo que acaba de
ver. En ese instante suena su teléfono móvil. El chico toma la llamada
y…
Silvia: ¿Andrés?
Andrés: ¡Baja Silvia, baja ahora mismo por
favor! ¡Miranda fue atropellada por un coche! (Nervioso)
Silvia: ¿Qué? Ay
Dios mío, no puede ser… (Angustiada corta la llamada)
MANSIÓN SAN
MARTÍN
En el salón, doña Cecilia y su hija Yesenia conversan…
Yesenia:
¿Y cuando tienes la primera revisión mamá?
Cecilia: Dentro de tres meses
tengo que regresar a Houston a chequearme. Luego si todo va bien, pues ya sería
sólamente una vez al año para revisión.
Yesenia: Ojala todo salga bien…
(Sonríe)
HOSPITAL “MARQUÉS DE VALDECILLA”
En la sala de espera
del área de urgencias, Silvia y Andrés se muestran impacientes, preocupados por
la salud de Miranda. La joven está muy grave.
Silvia:
Andrés, qué vamos a hacer… Ay por favor, esto parece una pesadilla, no puede ser
verdad… (Llorando)
Andrés: Maldita sea, a qué fue a tu casa… Si yo no
hubiera salido del dormitorio, nada de esto habría pasado… ¡Dios!
Silvia:
No es tu culpa Andrés, no es culpa de nadie… por favor, mi amor… (Abrazándolo,
Andrés llora deshecho)
Andrés: Te quiero, no me dejes sólo por favor…
(Llorando)
Silvia: Sé que aunque Miranda tiene sus cosas, no es mala
chica, estoy segura de que no…
Andrés: Ella fue mi primera novia Silvia…
No se puede morir… no así…
Silvia: Lo sé, ójala se ponga bien… Es lo que
más deseo, es mi hermana, aun así como estamos no le deseo ningún mal. Las dos
somos hijas del mismo hombre.
Andrés: Lo sé… Te amo… (Abrazados, se
besan) Te quiero Silvia, nunca lo olvides, pase lo que pase, te amo, te amo… (Se
besan)
Pero en ese momento doña Irene irrumpe en la sala de espera y los
encuentra abrazados.
Irene:
¡Sinvergüenzas! ¡Descarados! Por vuestra culpa mi hija está entre la vida y la
muerte. (Mirando a Silvia) ¡Te juro por Dios que como le pase algo a Miranda…!
¡No respondo, maldita perra bastarda! (Furiosa)
La villana se acerca a
Silvia para sacudirla pero Andrés se interpone en medio.
Andrés: ¡Basta!
Fue un accidente, no fue culpa de nadie. Miranda nos encontró en casa de Silvia
y…
Irene: Eres un desgraciado… un miserable pero esto no se va a quedar
así. Mientras vosotros se la pasan de lo lindo, mi hija está muy grave. Acabo de
hablar con los médicos.
Silvia: Por favor doña Irene, tiene que darse
cuenta de que no es nuestra culpa. Miranda se presentó en mi casa y al vernos se
marchó enfadada, no pensamos que fuera a pasar algo así.
Irene: ¡Pero
ocurrió! Mira estúpida, cómo le pase algo a mi hija no voy a parar hasta acabar
contigo, contigo y con este maldito asesino.
Andrés: ¡Yo no soy un
asesino! No he matado a nadie, deje de decir bobadas. Ya está bien.
Silvia: Mi amor baja la voz por favor, estamos en un hospital. Nos van a
llamar la atención.
Andrés: Es que ya no puedo más, todo lo que le pasa a
Miranda es culpa mía. Todo. ¿También el embarazo fingido fue culpa mía, Irene?
¿Eso también? (Desafiante)
Irene: Si no te hubieras enredado con esta
zorra nada de esto habría pasado. Mi hija cometió un error, sí, pero lo hizo
porque te amaba, te ama… Pero tú no te la mereces.
Andrés: No pienso
discutir más con usted, ahora lo único que importa es que Miranda se recupere y
salga bien de esto.
Un doctor del área de urgencias se les acerca
repentinamente…
Doctor: ¿Son ustedes familiares de Miranda
Garmendia?
Irene: Sí, soy su madre, Irene Blasco de Garmendia. ¿Cómo está
mi hija doctor? ¿Cómo está Miranda?
Doctor: Lo siento señora… su hija…
acaba de fallecer.
Irene: ¿Quéee? (Alucinada, rota de
dolor)
Andrés: No, eso no puede ser… no… ¡Nooooo!
Silvia:
¿Miranda murió? No, por Dios… Andrés… ¡Andrés! (Se abrazan
llorando)
Mientras, doña Irene intenta contener el llanto, es una mujer
dura, de carácter, fría. Su procesión va por dentro. Es incapaz de llorar a
pesar de sentirse destrozada interiormente. Irene no es capaz de articular
palabra. Sus ojos enrojecen sin que de ellos surja lágrima alguna. La villana se
acerca a Andrés y a Silvia nuevamente…
Irene: Escúchenme bien…
(Desafiante) Juro por la memoria de mi hija que no voy a parar hasta destruirlos
a los dos. ¿ME HAN OÍDO? ¡LO JURO! (Furiosa, se marcha)
Escuchamos música
incidental.
MESES DESPUÉS…
MANSIÓN SAN MARTÍN
En el
comedor, toda la familia San Martín almuerza en compañía de Silvia, Diego y don
Eduardo, a quienes han invitado para conocerse entre todos ahora que Silvia y
Andrés son pareja oficialmente. Sentados a la mesa todos charlan
animadamente.
Cecilia:
Es un gusto para nosotros el tenerte aquí Silvia. Mi hijo me ha hablado
maravillas de ti.
Silvia: Muchas gracias señora, me alegro de verla tan
bien. (Sonríe)
Andrés: Mamá, Silvia es la mujer de mi vida. Es con quien
quiero pasar el resto de mis días.
Roberto: Mi cuñado está enamorado,
jejeje.
Yesenia: Ay cuanta miel… ¡Que se besen, que se
besen!
Carlos: Jajaja, Andrés es muy tímido.
Eduardo: Vamos no
sean tímidos, chicos.
Diego: Eso mamá, beso, beso, beso…
(Sonríe)
Silvia: No…. No sean malos… (Avergonzada)
Andrés: Vamos
mi amor, no podemos defraudar al público…
El chico se le acerca y la
pareja se funde en un romántico y apasionado beso en medio de los allí
presentes.
Diego: ¡Vivaaa! ¡Se han “besao”, esoooo¡
¡Jajajaja!
Todos: ¡jajajaja!
Mientras, Andrés y Silvia se miran a
los ojos con amor y ternura, ambos sonríen felices.
MANSIÓN
GARMENDIA
En una oscura y tenebrosa habitación del piso de arriba, doña
Irene practica brujería en la soledad de la habitación. La maquiavélica villana
toma una foto de su hermana Elena, fallecida hace muchos años cuando era joven,
para cometer su conjuro.
Irene: Andrés va a llorar lágrimas de sangre…
Cecilia morirá en menos de un año, su enfermedad volverá hasta acabar con ella y
destruirla. Son todos son unos traidores… tú por engañar a mi hija y provocar su
muerte. Silvia por bastarda y malnacida… engendro del pecado. Y tú… Cecilia… por
haberme engañado durante 20 años… Pero hoy todos van a pagar… Que el infierno
sea su destino… ¡Que los astros me iluminen! Que Cecilia muera de cáncer tras
meses de dolor, y su hijo la acompañe… Deseo que Andrés y su madre paguen por
todo lo que me han hecho, en esta y en la otra vida. Esa será mi venganza, hija…
nuestra venganza. (Pensando en Miranda).
Irene acerca la foto de su
hermana a la llama de una vela mientras habla consigo misma.
UN AÑO DESPUÉS…
HOUSTON,
ESTADOS UNIDOS
CLÍNICA ANDERSON
En una consulta del famoso hospital
norteamericano, uno de los médicos conversa con Cecilia y Andrés.
Doctor:
Bueno pues los resultados de los últimos análisis no han sido como
esperábamos…
Andrés: ¿Ocurre algo doctor? ¿Qué pasa?
Doctor: Los
marcadores tumorales han vuelto a dar positivo, la enfermedad está
reapareciendo.
Cecilia: ¿Qué? No… no puede ser… (Nerviosa mirando a
Andrés, ambos se toman de la mano)
Andres: Tranquila mamá… por favor…
Cecilia: Otra vez no… no por Dios… no quiero volver a vivir el mismo
infierno… (Se le saltan las lágrimas)
Doctor: Lo siento pero creo que es
mejor que iniciemos la quimio cuanto antes, ya les había comentado que esto
podría suceder. Existen casos en que el cáncer vuelve y hay que seguir la lucha.
Andrés: Voy a llamar a Yesenia a España… (Tomando su teléfono
móvil)
SANTANDER, ESPAÑA
MANSIÓN GARMENDIA
Doña Irene
vuelve a practicar brujería en la oscuridad de la misma tenebrosa habitación,
decorada con motivos diabólicos, calaveras, velas negras e imágenes satánicas.
La villana siempre fue fiel a sus creencias y piensa que esta es la única forma
de acabar con los San Martín. Sentada junto a una mesa, presidida por una gran
vela blanca, Irene clava varias agujas en un muñeco. La perversa mujer realiza
vudú a Cecilia.
Irene:
Cada una de estas agujas simboliza el dolor que vas a sufrir hasta el día de tu
muerte… Cecilia…
Justo en ese instante, Faustina abre la puerta y la
descubre por sorpresa. Irene se queda petrificada al verse
descubierta.
Faustina:
No puedo creerlo… (Alucinada) ¿Qué es lo que está haciendo?
(Asustada)
Irene: ¿Se puede saber que haces aquí? ¡Fuera!
(Nerviosa)
Faustina: Nunca en mi vida me imagine que su maldad llegara a
tanto, es usted una bruja, una auténtica bruja… (Saliendo de la
habitación)
Pero la villana la alcanza en el pasillo y la enfrenta para
impedir que cuente lo sucedido.
Irene: Eres una metiche Faustina, ¿Desde
cuando escuchas detrás de las puertas, maldita chismosa?
(Enojada)
Faustina: Es usted peor de lo que yo me imaginaba, jamás en mi
vida he conocido una persona tan baja y tan miserable… ¡Haciendo magia negra a
la pobre señora Cecilia! ¡No puedo creerlo!
Irene: Esa malnacida me las
va a pagar todas juntas… y no voy a parar hasta acabar con ella. Ni tú ni nadie
lo va impedir. ¿Me entendiste?
Faustina: No, señora Irene, esto no se va
a quedar así. Ahora mismo voy a hablar con el exnovio de la señorita Miranda y
se va enterar de todas las marramuncias que le está haciendo a esa pobre
familia.
Irene: Tú no vas a abrir la boca Faustina, porque te juro que…
(Furiosa)
Faustina: ¿Qué qué? ¿QUÉEE? (Desafiante) No la tengo ningún
miedo, llevo años soportando sus humillaciones y sus malos tratos pero se acabó.
Esta es la gota que colma el vaso. Sé que ustedes planearon un montaje con unas
fotos de esa muchacha pero yo rompí aquel sobre. ¡Fui yo!
(Desafiante)
Irene: Traidora… desgraciada… Lo sabía. Más vale que cierres
el pico vieja cacatúa. Ni te atrevas a hablar con él, porque de lo contrario no
respondo… Estás advertida.
Faustina: ¿Me está amenazando?
Irene:
Tómalo como te dé la gana. (Con mucha soberbia) Sólo eres una muerta de hambre,
una analfabeta sin educación. ¿Qué crees, que Andrés te va a creer esos cuentos
y supercherías de tu pueblo colombiano? (Burlándose)
Faustina: Usted hace
magia negra, brujería, vudú… y eso no son cuentos, es la pura realidad. Lo vi en
mi tierra. Acabo de presenciarlo ahora con mis propios ojos.
Irene:
Estás completamente loca…
Faustina: Aquí la única loca que hay es usted.
Y por supuesto que se lo voy a contar, el joven Andrés tiene que saber la clase
de víbora que es su suegra. !Ahorita mismo se lo voy a decir! (Voltea para irse
pero Irene la toma del brazo)
Irene: Tú no vas a ir para ninguna parte,
estúpida... !Antes te mato! ¿Me oyes? !TE MATO! (Desafiante, apretándole el
brazo con fuerza)
Faustina: !Suélteme! (Se suelta para irse)
¡Bruja!
Irene: !CÁLLATE! (Furiosa. Pegándola una fortísima cachetada) Voy
a acabar contigo… (Agarrándola del cuello, ambas forcejean)
En ese
momento doña Irene empuja a Faustina por las escaleras. La criada cae rodando
brutalmente en una caída espectacular. Escuchamos música incidental. Faustina se
va dando varios golpes y finalmente se esnuca de forma violenta contra uno de
los peldaños. La pobre mujer muere en el acto.
CONTINUARÁ
Quedan 2
capítulos para el final
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