lunes, 28 de enero de 2013

Capítulo 10: Brujería

CUANDO SE AMA DE VERDAD

CAPÍTULO 10: BRUJERÍA

AL DÍA SIGUIENTE
DEPARTAMENTO DE SILVIA

En el dormitorio, desnudos y abrazados entre las sábanas de la cama, Silvia y Andrés amanecen juntos tras haber pasado su primera noche de amor. Silvia despierta primero y le observa mientras duerme. La joven sonríe y le hace cosquillas en la nariz con un dedo para intentar que él despierte pero Andrés únicamente frunce el ceño sin darse cuenta de la broma. Silvia le da un beso en el pecho y sigue abrazada a él. En ese momento Andrés despierta y la ve a su lado. El chico le acaricia el cabello con ternura y…



Silvia: Buenos días mi amor. (Sonríe dulce)

Andrés: Buenos días… (Sonríe)

Silvia: Te amo.

Andrés: Y yo a ti. (Se besan)


MANSIÓN GARMENDIA

En el salón, sentadas a la mesa del comedor, doña Irene y Miranda conversan mientras se toman el desayuno, servidas por Faustina.



Miranda: Faustina, te dije que mantequilla no, que engorda. Haz el favor de ir a buscar la mermelada. (Con mal tono)

Faustina: Enseguida voy, señorita… lo siento…

Irene: Espera un momento Faustina, tengo un recado para ti. (Le da un sobre)

Faustina: Usted dirá señora.

Irene: Quiero que eches esta carta al correo. Son unos papeles muy importantes para Andrés.

Miranda: Eso, envíalo pronto para que le llegue mañana temprano.

Faustina: Disculpen la indiscreción… ¿Y no sería mejor que se lo entregaran ustedes personalmente? No sé…

Irene: ¡Haz lo que te digo y no preguntes, chismosa! (Enojada)

Faustina: Está bien, perdón… (Tomando el sobre se va a la cocina)

Miranda: Esta chacha cada día está mas contestona y altanera… Deberías pensar en echarla y buscar una mejor.

Irene: A mi tiene harta, siempre cotilleando detrás de las puertas y de metiche donde no la llaman. Un día de estos la pongo de patitas en la calle.

Mientras, en la cocina, Faustina abre el sobre…

Faustina: Lo sabía, las malditas fotos, que brujas y cochinas que son… por favor, hasta dónde son capaces de llegar… Sólo a doña Irene se le ocurre preparar semejante cosa. Pero ya van a ver. No pienso permitir que le arruinen la vida a ese pobre muchacho.

Justo en ese preciso instante Faustina rompe el sobre en pedazos y tira los papeles a la basura. El plan de Irene y Miranda acaba de ser truncado.


DEPARTAMENTO DE JAIME

En casa de Jaime, el pequeño Diego hace sus tareas de la escuela sentado a la mesa de la cocina. Mientras, su padre prepara el desayuno.



Diego: A mi cola-cao con galletas, papá.

Jaime: No tengo… sólo tomo café.

Diego: Anda que… vengo a pasar el fin de semana y no tienes cola-cao, que mal eh… (Regañándole)

Jaime: Encima con exigencias el señor Marqués, jajaja.

Diego: Jajaja. Anda, pues dame café entonces. Por una vez… (Se burla) Mami no se va a enterar.

Jaime: ¿Pero cómo crees que te voy a dar café? Si solo tienes 5 años, bruto. (Sonríe)

Diego: Qué más da… ni que te hubiera pedido una birra… (Sonríe) Anda, por fa… un cafelito de Colombia pa’ espabilar y hacer los deberes, anda…

Jaime: Jajaja, eres imposible, en serio. (Sonríe contento) Toma los cereales y calla, cafetalero.


DEPARTAMENTO DE SILVIA

En el cuarto de baño, en la ducha, Silvia y Andrés vuelven a hacer el amor apasionadamente tras la mampara de cristal. Andrés la carga contra la pared y ambos se aman una y otra vez, pero justo en ese momento alguien toca al timbre de la casa. En la ducha, Andrés se pone nervioso al escucharlo.



Andrés: ¡La puerta! ¡No puede ser…! Ahora no…

Silvia: Ay Diosito… espero no sea Jaime con Diego…

Andrés: ¿No dijiste que hasta el domingo por la noche no regresaban? Hoy es sábado.

Silvia: No sé, espera… (Intentando salir de la ducha)

Andrés: No seas mala, no me dejes así… (sonríe)

Silvia: ¿Así cómo? (Mirándole de arriba abajo)

Andrés: ¡Pues así! (Avergonzado)

Silvia: Jajajaja

Andres: No te vayas… (Abrazándola)

Él la besa de nuevo y ambos se abrazan en la ducha pero el timbre vuelve a sonar…

Silvia: Tengo que ir Andrés, por favor… (El chico sigue besándola el cuello, agarrándola el trasero)

Andrés: Deja que llamen, ya se cansaran…

Silvia: ¿Pero y si es importante? A lo mejor es mi amiga Merche o qué se yo… ¡O mi padre! ¡Peor! (Sale de la ducha y se pone una toalla)

Andrés: Mmm… (Resignado)

La joven sale del cuarto de baño y va hacia la puerta, al abrir no se espera la visita que va a recibir…



Miranda: Buenos días… (Seria)

Silvia: ¿Miranda? ¿Se puede saber que diablos haces tú aquí?

Miranda: Vine para hablar contigo… es importante. Mira mosquita muerta… sé que Andrés regresó hace poco de Estados Unidos y vine a advertirte que…

Pero en ese momento Andrés aparece tras de Silvia en toalla. Miranda se queda alucinada al encontrar a su exnovio en casa de su “hermanastra”. Silvia no sabe como reaccionar ante tal situación.

Andrés: Mi… Miranda… ¿Qué haces aquí? (Avergonzado)

Miranda: Esto es lo que faltaba… ¿Pero qué está pasando aquí? Eres un cerdo Andrés… ¡Son los dos un par de desgraciados! (Furiosa)

Silvia: Miranda, por favor no armes una escena… se van a enterar todos mis vecinos.

Miranda: ¡Qué se enteren! ¡Que sepa todo el mundo la clase de golfa que eres!

Andrés: No te permito que le hables así a Silvia… (Enojado)

Miranda: ¡Tú te callas! (Pegándole una fortísima bofetada al chico)

Silvia: Lárgate de mi casa Miranda, te lo advierto, o te vas o soy capaz de llamar a la policía.

Miranda: Zorra… esta me la van a pagar… (Se marcha bajando las escaleras a toda prisa)

Andrés: ¡Maldita sea! (Se va al dormitorio para vestirse rápidamente)

Silvia: Andrés, por favor no la sigas… déjala.

Andrés: Tengo que hablar con ella, si le cuenta esto a Irene no quiero ni imaginar lo que pueda pasar.

En la calle, Miranda sale del portal del edificio muy nerviosa y enojada. La joven se dirige hacia su coche, aparcado enfrente, al otro lado de la acera. Miranda se dispone a cruzar la calle pero con los nervios cruza sin mirar justo en el momento en que un coche se le viene encima. Escuchamos música incidental. El auto se la lleva por delante varios metros y la lanza contra la acera. El atropello es brutal, el cuerpo de Miranda sale despedido por el fuerte impacto.

Andrés sale del portal y ve a su ex novia tendida en la acera, muy golpeada y en un charco de sangre. La gente se arremolina alrededor de Miranda para enterarse de lo sucedido. Andrés no puede creerse lo que acaba de ver. En ese instante suena su teléfono móvil. El chico toma la llamada y…

Silvia: ¿Andrés?

Andrés: ¡Baja Silvia, baja ahora mismo por favor! ¡Miranda fue atropellada por un coche! (Nervioso)

Silvia: ¿Qué? Ay Dios mío, no puede ser… (Angustiada corta la llamada)


MANSIÓN SAN MARTÍN

En el salón, doña Cecilia y su hija Yesenia conversan…



Yesenia: ¿Y cuando tienes la primera revisión mamá?

Cecilia: Dentro de tres meses tengo que regresar a Houston a chequearme. Luego si todo va bien, pues ya sería sólamente una vez al año para revisión.

Yesenia: Ojala todo salga bien… (Sonríe)


HOSPITAL “MARQUÉS DE VALDECILLA”

En la sala de espera del área de urgencias, Silvia y Andrés se muestran impacientes, preocupados por la salud de Miranda. La joven está muy grave.



Silvia: Andrés, qué vamos a hacer… Ay por favor, esto parece una pesadilla, no puede ser verdad… (Llorando)

Andrés: Maldita sea, a qué fue a tu casa… Si yo no hubiera salido del dormitorio, nada de esto habría pasado… ¡Dios!

Silvia: No es tu culpa Andrés, no es culpa de nadie… por favor, mi amor… (Abrazándolo, Andrés llora deshecho)

Andrés: Te quiero, no me dejes sólo por favor… (Llorando)

Silvia: Sé que aunque Miranda tiene sus cosas, no es mala chica, estoy segura de que no…

Andrés: Ella fue mi primera novia Silvia… No se puede morir… no así…

Silvia: Lo sé, ójala se ponga bien… Es lo que más deseo, es mi hermana, aun así como estamos no le deseo ningún mal. Las dos somos hijas del mismo hombre.

Andrés: Lo sé… Te amo… (Abrazados, se besan) Te quiero Silvia, nunca lo olvides, pase lo que pase, te amo, te amo… (Se besan)

Pero en ese momento doña Irene irrumpe en la sala de espera y los encuentra abrazados.



Irene: ¡Sinvergüenzas! ¡Descarados! Por vuestra culpa mi hija está entre la vida y la muerte. (Mirando a Silvia) ¡Te juro por Dios que como le pase algo a Miranda…! ¡No respondo, maldita perra bastarda! (Furiosa)

La villana se acerca a Silvia para sacudirla pero Andrés se interpone en medio.

Andrés: ¡Basta! Fue un accidente, no fue culpa de nadie. Miranda nos encontró en casa de Silvia y…

Irene: Eres un desgraciado… un miserable pero esto no se va a quedar así. Mientras vosotros se la pasan de lo lindo, mi hija está muy grave. Acabo de hablar con los médicos.

Silvia: Por favor doña Irene, tiene que darse cuenta de que no es nuestra culpa. Miranda se presentó en mi casa y al vernos se marchó enfadada, no pensamos que fuera a pasar algo así.

Irene: ¡Pero ocurrió! Mira estúpida, cómo le pase algo a mi hija no voy a parar hasta acabar contigo, contigo y con este maldito asesino.

Andrés: ¡Yo no soy un asesino! No he matado a nadie, deje de decir bobadas. Ya está bien.

Silvia: Mi amor baja la voz por favor, estamos en un hospital. Nos van a llamar la atención.

Andrés: Es que ya no puedo más, todo lo que le pasa a Miranda es culpa mía. Todo. ¿También el embarazo fingido fue culpa mía, Irene? ¿Eso también? (Desafiante)

Irene: Si no te hubieras enredado con esta zorra nada de esto habría pasado. Mi hija cometió un error, sí, pero lo hizo porque te amaba, te ama… Pero tú no te la mereces.

Andrés: No pienso discutir más con usted, ahora lo único que importa es que Miranda se recupere y salga bien de esto.

Un doctor del área de urgencias se les acerca repentinamente…

Doctor: ¿Son ustedes familiares de Miranda Garmendia?

Irene: Sí, soy su madre, Irene Blasco de Garmendia. ¿Cómo está mi hija doctor? ¿Cómo está Miranda?

Doctor: Lo siento señora… su hija… acaba de fallecer.

Irene: ¿Quéee? (Alucinada, rota de dolor)

Andrés: No, eso no puede ser… no… ¡Nooooo!

Silvia: ¿Miranda murió? No, por Dios… Andrés… ¡Andrés! (Se abrazan llorando)

Mientras, doña Irene intenta contener el llanto, es una mujer dura, de carácter, fría. Su procesión va por dentro. Es incapaz de llorar a pesar de sentirse destrozada interiormente. Irene no es capaz de articular palabra. Sus ojos enrojecen sin que de ellos surja lágrima alguna. La villana se acerca a Andrés y a Silvia nuevamente…

Irene: Escúchenme bien… (Desafiante) Juro por la memoria de mi hija que no voy a parar hasta destruirlos a los dos. ¿ME HAN OÍDO? ¡LO JURO! (Furiosa, se marcha)

Escuchamos música incidental.


MESES DESPUÉS…

MANSIÓN SAN MARTÍN

En el comedor, toda la familia San Martín almuerza en compañía de Silvia, Diego y don Eduardo, a quienes han invitado para conocerse entre todos ahora que Silvia y Andrés son pareja oficialmente. Sentados a la mesa todos charlan animadamente.




Cecilia: Es un gusto para nosotros el tenerte aquí Silvia. Mi hijo me ha hablado maravillas de ti.

Silvia: Muchas gracias señora, me alegro de verla tan bien. (Sonríe)

Andrés: Mamá, Silvia es la mujer de mi vida. Es con quien quiero pasar el resto de mis días.

Roberto: Mi cuñado está enamorado, jejeje.

Yesenia: Ay cuanta miel… ¡Que se besen, que se besen!

Carlos: Jajaja, Andrés es muy tímido.

Eduardo: Vamos no sean tímidos, chicos.

Diego: Eso mamá, beso, beso, beso… (Sonríe)

Silvia: No…. No sean malos… (Avergonzada)

Andrés: Vamos mi amor, no podemos defraudar al público…

El chico se le acerca y la pareja se funde en un romántico y apasionado beso en medio de los allí presentes.

Diego: ¡Vivaaa! ¡Se han “besao”, esoooo¡ ¡Jajajaja!

Todos: ¡jajajaja!

Mientras, Andrés y Silvia se miran a los ojos con amor y ternura, ambos sonríen felices.


MANSIÓN GARMENDIA

En una oscura y tenebrosa habitación del piso de arriba, doña Irene practica brujería en la soledad de la habitación. La maquiavélica villana toma una foto de su hermana Elena, fallecida hace muchos años cuando era joven, para cometer su conjuro.

Irene: Andrés va a llorar lágrimas de sangre… Cecilia morirá en menos de un año, su enfermedad volverá hasta acabar con ella y destruirla. Son todos son unos traidores… tú por engañar a mi hija y provocar su muerte. Silvia por bastarda y malnacida… engendro del pecado. Y tú… Cecilia… por haberme engañado durante 20 años… Pero hoy todos van a pagar… Que el infierno sea su destino… ¡Que los astros me iluminen! Que Cecilia muera de cáncer tras meses de dolor, y su hijo la acompañe… Deseo que Andrés y su madre paguen por todo lo que me han hecho, en esta y en la otra vida. Esa será mi venganza, hija… nuestra venganza. (Pensando en Miranda).

Irene acerca la foto de su hermana a la llama de una vela mientras habla consigo misma.




UN AÑO DESPUÉS…

HOUSTON, ESTADOS UNIDOS
CLÍNICA ANDERSON

En una consulta del famoso hospital norteamericano, uno de los médicos conversa con Cecilia y Andrés.



Doctor: Bueno pues los resultados de los últimos análisis no han sido como esperábamos…

Andrés: ¿Ocurre algo doctor? ¿Qué pasa?

Doctor: Los marcadores tumorales han vuelto a dar positivo, la enfermedad está reapareciendo.

Cecilia: ¿Qué? No… no puede ser… (Nerviosa mirando a Andrés, ambos se toman de la mano)

Andres: Tranquila mamá… por favor…

Cecilia: Otra vez no… no por Dios… no quiero volver a vivir el mismo infierno… (Se le saltan las lágrimas)

Doctor: Lo siento pero creo que es mejor que iniciemos la quimio cuanto antes, ya les había comentado que esto podría suceder. Existen casos en que el cáncer vuelve y hay que seguir la lucha.

Andrés: Voy a llamar a Yesenia a España… (Tomando su teléfono móvil)


SANTANDER, ESPAÑA
MANSIÓN GARMENDIA

Doña Irene vuelve a practicar brujería en la oscuridad de la misma tenebrosa habitación, decorada con motivos diabólicos, calaveras, velas negras e imágenes satánicas. La villana siempre fue fiel a sus creencias y piensa que esta es la única forma de acabar con los San Martín. Sentada junto a una mesa, presidida por una gran vela blanca, Irene clava varias agujas en un muñeco. La perversa mujer realiza vudú a Cecilia.



Irene: Cada una de estas agujas simboliza el dolor que vas a sufrir hasta el día de tu muerte… Cecilia…

Justo en ese instante, Faustina abre la puerta y la descubre por sorpresa. Irene se queda petrificada al verse descubierta.



Faustina: No puedo creerlo… (Alucinada) ¿Qué es lo que está haciendo? (Asustada)

Irene: ¿Se puede saber que haces aquí? ¡Fuera! (Nerviosa)

Faustina: Nunca en mi vida me imagine que su maldad llegara a tanto, es usted una bruja, una auténtica bruja… (Saliendo de la habitación)

Pero la villana la alcanza en el pasillo y la enfrenta para impedir que cuente lo sucedido.

Irene: Eres una metiche Faustina, ¿Desde cuando escuchas detrás de las puertas, maldita chismosa? (Enojada)

Faustina: Es usted peor de lo que yo me imaginaba, jamás en mi vida he conocido una persona tan baja y tan miserable… ¡Haciendo magia negra a la pobre señora Cecilia! ¡No puedo creerlo!

Irene: Esa malnacida me las va a pagar todas juntas… y no voy a parar hasta acabar con ella. Ni tú ni nadie lo va impedir. ¿Me entendiste?

Faustina: No, señora Irene, esto no se va a quedar así. Ahora mismo voy a hablar con el exnovio de la señorita Miranda y se va enterar de todas las marramuncias que le está haciendo a esa pobre familia.

Irene: Tú no vas a abrir la boca Faustina, porque te juro que… (Furiosa)

Faustina: ¿Qué qué? ¿QUÉEE? (Desafiante) No la tengo ningún miedo, llevo años soportando sus humillaciones y sus malos tratos pero se acabó. Esta es la gota que colma el vaso. Sé que ustedes planearon un montaje con unas fotos de esa muchacha pero yo rompí aquel sobre. ¡Fui yo! (Desafiante)

Irene: Traidora… desgraciada… Lo sabía. Más vale que cierres el pico vieja cacatúa. Ni te atrevas a hablar con él, porque de lo contrario no respondo… Estás advertida.

Faustina: ¿Me está amenazando?

Irene: Tómalo como te dé la gana. (Con mucha soberbia) Sólo eres una muerta de hambre, una analfabeta sin educación. ¿Qué crees, que Andrés te va a creer esos cuentos y supercherías de tu pueblo colombiano? (Burlándose)

Faustina: Usted hace magia negra, brujería, vudú… y eso no son cuentos, es la pura realidad. Lo vi en mi tierra. Acabo de presenciarlo ahora con mis propios ojos.

Irene: Estás completamente loca…

Faustina: Aquí la única loca que hay es usted. Y por supuesto que se lo voy a contar, el joven Andrés tiene que saber la clase de víbora que es su suegra. !Ahorita mismo se lo voy a decir! (Voltea para irse pero Irene la toma del brazo)

Irene: Tú no vas a ir para ninguna parte, estúpida... !Antes te mato! ¿Me oyes? !TE MATO! (Desafiante, apretándole el brazo con fuerza)

Faustina: !Suélteme! (Se suelta para irse) ¡Bruja!

Irene: !CÁLLATE! (Furiosa. Pegándola una fortísima cachetada) Voy a acabar contigo… (Agarrándola del cuello, ambas forcejean)

En ese momento doña Irene empuja a Faustina por las escaleras. La criada cae rodando brutalmente en una caída espectacular. Escuchamos música incidental. Faustina se va dando varios golpes y finalmente se esnuca de forma violenta contra uno de los peldaños. La pobre mujer muere en el acto.



CONTINUARÁ
Quedan 2 capítulos para el final

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